Una última carta

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 Querido lector o lectora,

Espero que recibas esto antes de que sea tarde para ti. Mi nombre es Arthur y tengo 40 años en el momento que escribo esta carta. Hago este comunicado sin ninguna esperanza de que alguien la reciba. Pero acabaré muerto de todas maneras, así que no pierdo nada. Si estás leyendo esto es porque sobreviviste a lo mismo que yo y espero que entiendas lo que voy a hacer. Esta carta no es de buenas noticias, todo lo contrario. Podría resultar el fin. Por segunda vez, claro. Quizá tú ya hayas hallado las respuestas que llevo buscando los 27 años que he persistido desde lo que pasó. Pero no aguanto más, la verdad. Y estoy completamente seguro de que tú también has tenido la misma idea que yo en algún momento, es difícil plantearse otra cosa en esta situación, estando totalmente solos. La raza humana hemos sido posiblemente los seres más estúpidos que han existido. Desde mucho tiempo atrás nos llevan avisando de la contaminación y de lo peligrosa que sería en un futuro, pero poca gente se lo tomó en serio e hizo algo al respecto. Aunque claro, tú ya sabes todo esto. Perdóname si me desvío del tema mientras escribo, no estoy bien. Poco a poco nos hemos ido extinguiendo, todos menos yo. Y puede que alguien más, por eso escribo esta carta. He tomado una decisión que me ha costado mucho pero que creo que será lo correcto para no dejar huella de lo mal que lo hemos hecho. También sabrás que poco antes de que empezara, se confirmó la vida extraterrestre y no me gustaría que vinieran aquí quienes sean que estén ahí afuera y descubrieran como nos autodestruimos en un pasado. Sé que el derecho de tomar esta decisión no me pertenece, pero me siento obligado hacerlo siendo probablemente el único sobreviviente a la contaminación. Durante los últimos 27 años no he conseguido averiguar por qué diablos la contaminación no me ha matado como al resto de seres vivos, pero si he podido averiguar cómo crear y utilizar una bomba que acabe con este planeta, sin dejar rastro de la decepción que fuimos. La he programado para que explote el día 7 de agosto a las 4 de la madrugada, 1 año y medio después de que yo esté escribiendo esto. La bomba se encuentra en España, Madrid. En la plaza mayor. Está totalmente a la vista. Llevo varios días escribiendo este mismo mensaje en miles de papeles y, de vez en cuando, en otros idiomas, para poder dejar esta carta por diferentes partes del mundo. No sé donde la encontrarás si es que la encuentras, pero si la estás leyendo es porque probablemente todavía estas a tiempo de parar la bomba si así lo quieres. Desactivarla no tiene ninguna dificultad, te he dejado un manual de instrucciones al lado de la bomba. Cuando termine de repartir las cartas, voy a ir al borde de algún acantilado cualquiera y me voy a disparar en la sien con una pistola que espero que consiga atravesarme los sesos y acabar rápidamente con su trabajo. Dicho esto:

Hasta nunca

Una última cartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora