NARRA PEDRI
Estaba feliz.
Orgulloso.
Y con ella.
Con mi Maddy.
Con mi amor.
Ayer había roto el maldito contrato por fin, gracias a mis abogados y a todos los que me habían ayudado apoyándome.
Y hoy me despertaba al lado de ella.
El día que volvía a entrenar para ver como estaba mi lesión y ver si podía jugar el siguiente partido.
Los nervios me comían por dentro.
No sabía como iba a reaccionar mi lesión.
Bien.
Mal.
No tenía ni idea.
- ¿Ya estás dándole vueltas a esa cabecita tuya? -la voz dormida de Maddy me hizo dejar de pensar y mirarla.
Tenía los ojitos achinados, una sonrisita dormida y el pelo rubio totalmente revuelto.
Era más que preciosa.
- Tengo el primer entrenamiento hoy. -contesté colocándole el pelo detrás de la oreja para verle bien la cara.
Ella abrió más los ojos, aunque le costó un poco y se movió hacia mi, contenta.
- ¡Eso es genial, voy a ir contigo! -exclamó sonriendo.
La adoraba demasiado.
- No sé si la lesión va a reaccionar bien al entrenamiento, Maddy.. -admití.
- Estoy segura de que sí, y de que en el próximo partido estaré ahí animándote para que me dediques todos tus goles. -su dedo recorría mis abdominales, bajando y subiendo, rozando la tela del pantalón que me cubría.
Suspiré.
- Si no dejas de hacer eso, creo que ni siquiera iré a entrenar. -comenté entre dientes.
Ella soltó una risita y rodó hacia el otro lado de la cama.
- Pues me levanto, quejica. -murmuró ella.
- Nadie te ha dado permiso para dejar de hacer lo que estabas haciendo. -volví a tirar de ella mientras los dos reíamos.
- ¿Tienes que ducharte? -preguntó mirándome con los ojos entornados.
- Sí, antes de irme. -contesté mirándola.
Sabía lo que estaba tramando.
Sus ojos estaban juguetones y esa sonrisita me lo indicaba todo.
- Dicen que el planeta se muere o algo así, hay que ahorrar agua, ¿no? yo también tengo que ducharme. -empezó a divagar, moviendo las manos y haciendo caras.
Yo solté una carcajada, me levanté y la cogí en brazos.
Ella reía mientras yo caminaba hacia el baño con su cuerpo encima del hombro, como si fuese un pequeño saco.
La dejé en el suelo del baño y me miró.
Yo sonreí.
Joder, estaba muy feliz.
Le quité la ropa, dejándola desnuda delante de mi.
Casi dejé de respirar.
Hice lo mismo con mi ropa y nos metí a ambos en la ducha.
El agua caliente nos golpeó al instante y ella soltó un gritito, pegando su cuerpo al mío.
Tuve que respirar hondo unas cuantas veces.
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Strangers +18 - Pedri González
FanficMaddy, la hermana de Mikky y cuñada de Frenkie se muda a Barcelona después del desastroso final en su última pasarela en Nueva York. Personas nuevas, mundo nuevo. Un extraño que no sabe servir una cerveza, de ojos marrones y con acento canario puede...