Mundo en Ruinas (Domadores De Bestias)

Dia 1: The beginning of the end ( parte 02)

No lo sé, pero tengo que averiguarlo", respondió Juan, avanzando hacia el bosque.

- "¡Es peligroso, papá! ¡No te vayas!", exclamó David, pero ya era tarde

Los hijos se miraron entre sí, preocupados, sin saber qué hacer. Entonces, escucharon el rugido de una bestia y un grito de su padre. David abrió la puerta del auto y salió. Al ver lo que estaba sucediendo, los hermanos se dieron cuenta de que algo muy peligroso estaba pasando.
"¿Qué vamos a hacer?" preguntó Ángela, su voz temblaba.?
"No lo sé", respondió David. "Pero tenemos que salir de aquí lo más rápido posible".

Mientras huían de la bestia, su padre fue herido gravemente. Los hermanos lloraban mientras corrían hacia un refugio cercano, pero las lágrimas no les permitían ver bien el camino.

Al llegar al refugio, las personas allí presentes se miraron unos a otros con miedo y desconfianza. Algunos se movían nerviosamente, mientras otros se mantenían en silencio.

"¿Podemos entrar por favor?", suplicó Ángela. "Nos está siguiendo y nos va a matar".

"Lo siento", dijo un hombre, levantando una pistola. "No podemos permitir que entren más personas aquí. Es muy peligroso ''.pero gracias. A la fuerza de Jhon lograron entrar a las justas

"¿Pero qué hay de mi padre? Todavía está afuera", gritó David.

"No puedo arriesgar la vida de todos por una sola persona", respondió el hombre con la pistola.

Los hermanos miraron a su alrededor, sintiendo que no había escapatoria. Afuera, el rugido  se hacía cada vez más fuerte.

Dentro del refugio, las personas discutían sobre qué hacer. Algunos hablaban de llamar a la policía, mientras otros intentaban idear un plan para escapar.

"¿Alguien sabe qué diablos es eso?", preguntó un hombre, con la mirada fija en la puerta cerrada.

"Nunca había visto algo así en mi vida", respondió una mujer, con la voz temblorosa.

De repente, un hombre armado se acercó a ellos y les gritó: "¡Salgan si quieren morir! Aquí estamos seguros, pero no permitiré que entren más personas".

La tensión en la habitación era palpable. Los hermanos se miraron entre sí, sin saber qué hacer. ¿Deberían intentar salir y arriesgar sus vidas, o esperar dentro del refugio y esperar a que llegara la ayuda?, ya que no había señal dentro del lugar. Algunos ya empezaban a desesperarse.

Después de unas horas de estar en silencio, John finalmente rompió el hielo: "¿Alguien tiene algo de comer? No hemos comido nada desde que llegamos aquí". La madre de la familia, Ana, respondió con tristeza: "Lo siento, hijo. No tenemos nada de comer. Todo lo que teníamos lo dejamos en el auto".

David se acercó a su hermana, quien estaba temblando en un rincón, y le preguntó: "¿Cómo te sientes, Ángela? ¿Estás herida?". Su hermana le respondió con voz temblorosa entre sollozos: “Hermano, tengo miedo. John está nervioso y aterrado, aunque no quiere admitirlo”.

A esto, David intentó tranquilizarla: “Hermana, todos estamos aterrados. Descansar quizás sea lo mejor, mañana seguro vendrá la policía. Ya deben estar buscándonos”. Pero Ángela estaba preocupada: “No creo que la policía llegue. He visto en las noticias que están saturados por estos tipos de accidentes”.

Entonces, David trató de darle algo de esperanza: “Hermana, no tengas miedo. Tenemos a nuestro hermano mayor y nuestra mamá juntos. No va a pasar nada. Hermana, toma este collar. Es muy especial para mí. Me lo regaló papá. Úsalo para descansar. Brilla como un cuarzo”.

Su hermana quiso negarse, pero David insistió: “Por favor, Ángela. Te lo estoy dando para que te sientas mejor. Papá lo habría querido así”. Ángela finalmente aceptó el collar y se fue a dormir.