Capítulo XXVI

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Entonces, cuando Inuyasha sintió el alivio en aquella conversación, la cual salió mucho mejor de lo que esperaba, pudo comenzar a comer con normalidad.

Claro, para él era normalidad simplemente tragar toda comida que se le antojaba. Estaba en el proceso, muy a gusto, hasta que sus orejas escucharon el carraspeo.

Oh si, estaba sentado frente a su hermano aún. Inuyasha lo vio con sus brillantes y grandes ojos. Cualquiera caería ante aquellos encantos. Pero Sesshomaru no.

─ Dime ¿No hay nadie quien se ocupe de tu decoro, verdad?

─ No sé que sea eso, el señor Chimoru se encargaba de todo, pero papá me deja comer lo que quiero.

─ No importa lo que comas o no, si no como lo haces. Es evidente que el señor Inu No Taisho ha desacreditado la autoridad de aquel maestro respecto a tus modales en una mesa y decoro en general. Quizás no era un mal profesor, solo no tenía el poder por el temor hacia la figura del Lord.

Inuyasha pestañeó.

─ ... No entendí nada de lo que dijiste.

─ En simples palabras y espero que puedas entender, no te permitiré las cosas que tu padre si.

─ ¿Está bien? ─ el menor no le tomó mucha importancia, su estómago gruñia y sólo pensaba en satisfacer su hambre.

─ ¡Siéntate derecho!

Al sentirse ignorado, aunque odiaba levantar la voz no tuvo otra opción al ver como Inuyasha solo estaba pensando con la barriga. El menor se enderezó de golpe.

─ ¡Bueno, te dije que no me gusta que me griten!

─ Entonces tendrás que ser más atento. Yo odio repetir las cosas. Por si no te has enterado todavía, la etiqueta también será parte de tu entrenamiento. Ya comenzó tu primera lección.

─ ¿Porqué? ¿Y si dejamos esta parte del entrenamiento para cuando termine mis pruebas? Ya es mucha presión. ¿Cuando voy a descansar?

─ Ya verás como ansiarás que llegue la noche para descansar.

Esas palabras solo causaron escalofríos en el chico mitad humano. La mirada seria en Sesshomaru ya no le daba tanta tranquilidad.

─ Desde aquí puedo oler ese miedo. Quítate eso de la cabeza, aprenderás acorde tus habilidades actuales. Verás que irán evolucionando a medida que abras tu cabeza a los nuevos conocimientos. No seré un imbécil como lo fue Chimoru. Odio a los imbéciles.

─ ¡Si! ─ Exclamó con determinación.─ ¡Puedo hacerlo!

...

─ No puedo hacerlo ~

Sesshomaru suspiró con cansancio.
Inuyasha tenía la edad mental de un niño de seis años.

─ Estabas muy emocionado esta mañana.

─ Ya sé~ Ya sé~ ¡Pero Me duele la mano! ¿Por qué tengo que repetir esta frase tantas veces?

─ La caligrafía es importante. Realmente lamento que tu letra no sea muy... agraciada que digamos. Si no, podemos reanudar las ecuaciones.

─ ¡No! ¡Por favor!

─ ¿Está todo bien aquí? ─ la voz de un tercero interrumpió a ambos hermanos.

Tsuin, uno de los Gemelos labradores se acercó al pupitre donde Inuyasha estaba realizando sus actividades. Acababa de llegar antes que su hermano y escuchar los lamentos de su príncipe lo alarmó.

─ Ah, si, aparte de que me están torturando ~

─ ¿Es así? ¿Quiere que mande a llamar a su padre?

• El Cruel Príncipe Del Oeste •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora