prólogo

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El aire estaba cargado de un frío sofocante, uno que se colaba debajo de mi piel, alcanzado hasta mis huesos. Abrí mis ojos, pero la oscuridad era densa, mi cuerpo no respondía; cada movimiento era torpe, doloroso. Mire mis manos, temblorosas, débiles. Las uñas estaban rotas, ensangrentadas y mi piel estaba pálida, casi translúcida, marcas de torturas

Me drenaron, es como solo ver y a la vez no sentir, no siento mi poder.

El sonido del llanto de un bebé hace presencia, las lágrimas salen, solo quiero abrazarlo

__Mamá está aquí -susurro suave, casi sin aliento

La sensación de angustia crecía, el eco del llanto me atravesaba, golpeando lo mas profundo de mi pecho.

Intenté pararme pero mis pies flaquearon, el dolor se intensificó como si cada cédula de mi piel fuera desgarrándose,  quamandose. El  vientre me pesaba, como si cargará algo inmenso, algo que no podía ver, pero que sigue ahí, latente

El llanto se hizo más fuerte

__ por favor... __susurre, pero no sabía  a quien le suplicaba. Tal vez a la luna, tal vez a los dioses, talvez a él...

Desperté de golpe. Mi corazón latía desbocado, el sudor frio corría por toda mi cara y el vientre a un dolía, cuando me quité la bata, tenía el vientre marcado por mis propias uñas y estas tenían sangre



ERES MÍA BRUJITA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora