Cap. 11: Saúl.

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Tras un largo camino a pie, llegamos a el destino que nos marcaba el mapa del smartwatch.

-Es aquí, pero no entiendo que tiene esto de granja. - dijo Lima mirando a su alrededor.

Rápidamente entendí cuál era el problema, estábamos ante un páramo desolado, la hierba no crecía y los edificios parecían algo abandonados, todo en un claro lejos del puerto en el cual parecía estar más muerto que vivo.

- ¿Tenemos que encontrarnos con alguien en especial?

-Sí, pero se supone que ya debería de estar aquí.

Según lo dijo, se comenzó a escuchar un galope y de entre los edificios salió una persona montando a pegaso con una armadura dorada y un hacha.

- ¿Eso es? ¿Una Valquiria? - me pregunte viéndola acercarse.

Frenó rápidamente frente a nosotros y se quedó mirándonos sorprendida.

- ¿Solo sois vosotros dos? - preguntó mientras se quitaba el casco.

Al descubrir su cara me fijé en que se trataba de la mujer que me había alzado en hombros unas horas antes en la taberna.

- ¿Esperabas más? - preguntó Lima

-No, una elfa curandera y un dios que no sabe guardar su arma son perfectos. - dijo sarcásticamente.

-Bueno, ya estamos aquí, intentémoslo ¿Qué es lo peor que puede pasar? - dije sacando el mandoble de la funda y clavándolo en el suelo

-Chico, tienes arrojo y ambición, pero esta no es una misión para niveles inferiores al cincuenta, ni yo soy capaz de solucionarlo.

-Por intentarlo no pierdo nada, solo que si es verdad lo que dices me temo que la voy a hacer en solitario. - dije levantando el smartwatch.

- ¡¿Qué?! ¡Ese no era el trato! - exclamó Lima cabreada

-El trato era que yo te acompañaría hasta Yggdrasil, si te mueres en la primera misión no se cumplirá tal cosa.

-Pero si no participo en esa misión no subiré de nivel.

La valkiria se bajó del pegaso y señaló más allá de los edificios ruinosos.

-Vosotros habéis aceptado la misión así que vosotros decidís, más allá de los árboles hay un claro el cual está hasta arriba de lobos, por años fueron meros problemas, pero últimamente están más activos y agresivos. Encontrad qué los está alterando y acabad con ello, los lobos no tienen porque salir heridos.

Rápidamente alcé el vuelo y me adentré en el bosque, pasados unos cuantos arboles encontré el claro y me posé en una de las ramas altas para visualizar el área.

-Este lugar está muy cerca de la granja. - dije sentándome en la rama.

Ante mí se encontraba un claro bastante extenso y abarrotado de lobos, pero había algo extraño en ellos, no parecían estar haciendo la vida cotidiana de unos lobos si no que parecían estar en posición defensiva, decenas de ellos se encontraban en pie cubriendo todo el borde irregular del claro, parecían estar algo desnutridos y no se movían en absoluto, me daba la sensación de que no cambiaron esa formación en días. En el centro del claro había una cueva que probablemente fuese su nido, pero todo parecía estar mal, había otros dos lobos en la puerta con aspecto aún más descuidado que los demás. Decidí quedarme esperando a ver si se movían o algo, pero a los pocos segundos un aleteo similar al de un insecto hizo presencia a mis espaldas, se trataba de Lima, ese fue el momento en el que me enteré de que los elfos de la luz podían volar.

Desterrados: La Leyenda De RoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora