—Ha ido bien, ¿No? — Maite me preguntó, mientras removía su café con la cucharilla.
— Sí, supongo que podríamos decir que ha ido bien — Sonreí suavemente mientras acercaba mi taza de té a mi boca. El sonido de ambientación de la gente hablando alrededor nuestro, con las cucharas y la máquina de café, resonaba por toda la cafetería de la universidad, donde decidimos pasarnos a tomar algo luego de la entrevista.
Noté como el té bajaba por mi garganta, mientras miraba por todos lados. No era un sitio del todo agradable a la vista, una cafetería corriente sin nada que la hiciera especialmente única. Sillas de plástico, encimeras blancas... Es lo que tiene la vida universitaria.
— ¿Supones? Ayer estabas histérica por esta entrevista, ¿Qué mosquito te ha picado?— Maite me miró con el ceño fruncido por la confusión. — No me dirás que ya no quieres el trabajo, ¿Tan mal te ha parecido la oferta? — Preguntó sorprendida
— ¡No! — Negué inmediatamente — Es decir, no. — Bajé la voz al ver que la había elevado demasiado — La entrevista ha ido bien, tu misma me has dicho que la has visto sonreír antes de cerrar la puerta — Respondí
—Sí... Pero eso no tiene nada que ver con que te gustara o no —
— La mujer fue amable conmigo y el trabajo me pareció bien. Los horarios estaban dentro de lo que busco, y aunque el salario es un poco más bajo de lo que me esperaba, estoy segura de que podré subirlo en breve si me aceptan. — Expliqué
— ¿Entonces que te tiene así? Ambas sabemos que la autónoma no era tu primera opción, pero ¡Al menos conseguiste la entrevista! Con lo complicado que fue conseguirla y ahora estás así...—Se quejó Maite resoplando
— Bueno, ya basta de quejas. Debe haberme dado un bajón por el estrés ahora que ha acabado todo. Pero te aseguro que estoy feliz — Aclaré acabándome el té. Maite suspiró mientras me miraba, aun sin estar del todo convencida —De verdad, estoy feliz y emocionada por esto. — Le aseguré cogiendo su mano.
— Está bien, te creo... — Miró a un lado con una mueca — Entonces, ¿Estás cansada? — Preguntó, volviéndome a mirar
— No te lo voy a negar, estoy destrozada. La mudanza no ayuda con todo el estrés, a decir verdad. — Esta vez fui yo la que suspiró ante el pensamiento del caos que tenía en casa. Quién iba a decir que una mudanza podía ser tan complicada.
— Sabes que te ayudaría con los muebles, pero el horario que tengo me lo complica todo. Aún no sé ni como he conseguido este hueco para acompañarte a la entrevista — Dejó caer su espalda en el respaldo de la silla
— Lo sé, no te preocupes. De todas formas, ahora solo queda esperar a que lleguen los muebles que faltan. —
— ¿Cuándo llegan? —
— Si no recuerdo mal el próximo lunes, espero que no cause mucha molestia en los nuevos vecinos, lo último que quiero es caerles mal desde el primer momento. — La palabra "vecinos" resonó en mi cabeza desde que salió de mi boca. Recordando inmediatamente aquella piel morena y pecho firme que mis ojos analizaron al chocar con él.
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Almas Pasadas
RomanceEl universo junta a dos almas antiguas seis siglos después, en donde el odio floreció después de un amor prohibido. ¿Qué pasará cuando en sus nuevas vidas, se reconozcan? ...