Capítulo 3

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-La página misteriosa-

El día de ayer fue demasiado desgarrador para mí. Pasaron demasiadas cosas después de que mi madre se fue. La policía llegó, mi abuela levanto una denuncia, y una orden de alejamiento para ella. Me quedé dormida después de llorar por horas en mi habitación, y hoy amanecí sin ánimos. Ni siquiera puedo comer nada. Revuelvo la ensalada de frutas con mi tenedor una, y otra vez. Se ve deliciosa, pero siento que si como, aunque sea un bocado voy a vomitar.

—¿Quieres que te prepare algo para llevar a la preparatoria?

—Gracias abuela, pero no, en la preparatoria dan comida gratis.

—Ah sí, no me acordaba de eso. Mi niña debes comer algo, aunque sea la ensalada.

—No tengo hambre abuela —Revuelvo la ensalada por duodécima vez.

—Entonces yo te la daré, como solíamos hacer cuando eras una chiquilla—Levanto la cabeza, y ella me sonríe desde el otro lado de la mesa.

—Ni de chiste abuela. Ammm …es que no tengo apetito, y además horita pasa el autobús.

Me levanto de la silla, y subo a buscar mis cosas. Reparo en el hecho de que a simple vista se me ven unas horrorosas ojeras a través del espejo de mi habitación. Pero no importa. Bajo corriendo porque faltan cinco minutos, y me sorprendo con el hecho de que mi abuela se está poniendo un abrigo para salir.

—De ahora en adelante te llevaré, y te traeré. No quiero que te pasé algo.

—Pero…

—Pero nada. Me dedicaré a proteger a mi nieta—Se acerca a mí, y me arregla algunos mechones de cabello suelto—Jamás olvides nuestro juramento.

—“Siempre unidas ante todo”—Decimos al unísono alegremente.

—Bien, vamos. Y tranquila las explicaciones que quieres sobre lo que quieras saber podrás hacerlas cuando vuelvas de la preparatoria. Sé que tu cabeza es un lío en este momento, pero comprenderás todo cuando te lo cuente.

—Está bien.

Salimos de la casa, y la escucho anunciar que cambiará todas las cerraduras incluso las de los portones de adelante. Ya en el auto le digo que no es necesario, pero ella insiste, y discutir con mi abuela no trae a nada bueno.

Al llegar a la preparatoria siento las miradas curiosas de algunos estudiantes sobre mí. Creo que es porque todo el mundo se enteró de lo de ayer. Camino y aunque trato de hacerle caso omiso a sus miradas, algunas chicas me miran de forma desagradable, y otras me repasan de arriba a abajo. Esto es horrible. Trato de apartar sus miradas de mi mente durante el resto del día, pero me es imposible. Llego a la cafetería en el receso, y al menos aquí esta normal supongo. No todos me reparan ya que están embelesados en sus conversaciones. Me siento en la mesa de ayer, y espero al menos comer algo, porque ahora estoy sufriendo las consecuencias de no haber desayunado. Engullo una ensalada de frutos verdes tranquilamente. Observo por la ventana, y me quedo admirando el frondoso árbol de afuera. ¡Wao! Debería ir a echarle un vistazo más tarde. Cuando llega la primavera el mismo se llena de flores a su alrededor, y se vuelve una maravilla para aquellos que buscan respuestas en la naturaleza. Estoy muy embobada, que no me doy cuenta que Alex Tense está parado del otro lado de mi mesa, junto a su pandilla de acosadores. Mi mirada se dirige al chico de tez morena, y contextura de deportista, que me está sonriendo con su sonrisa de autosuficiencia. Ese rostro me es muy conocido.

Brilla como las estrellas [YA EN FÍSICO]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora