Romperle el corazón a una chica increíble, es muy difícil. Siempre prefieres no hacerlo, pero si es lo mejor para ambos debe suceder. No quieres que ella tenga que estar en una relación vacía, complicada y sin futuro porque sabes que merece más que eso.
Ploy merece a alguien que la quiera de la forma en que ella desea que la quieran, y no como yo lo hago. Y nada de esto sería tan difícil si ella no estuviera enamorada de mí. Y tampoco si yo no quisiera perderla como amiga, —más allá de que necesito que las cosas terminen bien para que pronto acepte que quiero tener una relación con su hermano gemelo— la verdad es que disfruto de su amistad.
Caminamos por el bosque tomados de la mano mientras una maraña de pensamientos me atrapa y no encuentro la forma de desenredarlos.
Llegamos a un arroyo. Ploy señala la corriente de agua cristalina y me sonríe. Ella está enseñándome el lugar que tanto le gusta y yo estoy tan disperso. No es justo. No quiero romperle el corazón. No quiero que pierda esa sonrisa. Por otro lado, tampoco quiero seguir engañándola. Menos ahora.
Pienso posponer todo lo de la ruptura, ya que si rompo con ella no va a ayudarme con el asunto de mi padre; pero por una vez, decido ser maduro y resolver mis propios problemas. Hacer las cosas bien y dejar los engaños. Al menos con esta persona tan preciada.
—Dime algo ¿Te gusta?
Se inclina cerca de mí e intenta besarme. Lo impido retrocediendo y fingiendo que estoy a punto de estornudar. No quiero perder la sensación de los labios de Gun, espere tanto por sentir ese beso.
—Es un lugar muy bonito.
—Me gusta venir aquí para relajarme —comenta.
—El sonido del agua es muy tranquilizador.
—Vamos a sentarnos —sugiere, prácticamente obligándome a sentar sobre la hierba.
Nos quedamos unos minutos en silencio observando el brillante paisaje, sintiendo como el aire del bosque llega hasta mis pulmones y me hace sentir limpio.
Aún hay partes de mi cuerpo que duelen, incluso con solo respirar. Pero lo que más duele es mi corazón. El dolor que más me importa. La opresión en él me hace enfrascarme en aquella sensación, olvidando a la chica junto a mí. Unas palabras podrían estropearlo todo.
No noto en que momento, Ploy, se mueve hasta que ya está ahorcajadas sobre mí. Prácticamente sentada en mi regazo, mirándome fijamente, con una determinación en sus ojos que me hace sentir hipnotizado.
Cuando se acerca me hago hacia atrás por puro acto reflejo. Mi espalda choca contra el tronco de un árbol impidiéndome escapar de los labios de Ploy que van hacia mi mandíbula. Desciende besando mi cuello, acariciando con ambas manos mi pecho al tiempo que levanta mi camiseta. Su respiración agitada acaricia mi piel al igual que su cabello.
Cualquier otro chico se estaría derritiendo y cediendo al deseo. Pero yo, no puedo hacerlo. No quiero.
Atrapo las manos de Ploy entre las mías y me mira fijamente, con algo parecido a la desesperación.
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Gigil - HP2
FanfictieTres amigos, tendrán que enfrentarse a diversas situaciones, antes de comprender que el verdadero amor debe mostrarse y no permanecer tras las sombras. Deberán aprender que para poder amar a alguien más, primero deben amarse y aceptarse tal y como s...