-Compradores-

900 101 8
                                    

Heeseung detuvo a Helios y a White mientras veía a todos los trabajadores algo alborotados. Le había costado un poco volver ya que White se había puesto algo rebelde. Pero al final lo había conseguido. Pero sobre todo había tardado por quedarse sentado leyendo una y otra vez aquella nota. Él no había vuelto a ese lugar luego de que ella se marchó... y así fue que se olvidó completamente de aquel último día que habían pasado juntos. Se le llenó el corazón de una extraña amargura... era raro. Haber leído eso 10 años después, era muy raro. Soltó un suspiro, no comprendía por qué le dolía. Antes era solo un niño.
Uno de ellos lo vio y le avisó a Jungwon. Al instante el chico de ondulaciones color avellana corrió hacia él. Extrañado, Heeseung, se bajó del caballo.

- ¿Qué pasó? -le preguntó a su primo cuando este llegó a su lado.
-Llegó el jefe -dijo algo agitado.

Heeseung alzó amabas cejas. No esperaba que Hann llegara tan temprano. Casi siempre lo hacía por la noche. Llamó a uno de sus compañeros y le pidió que guardara a los caballos. Se acercó a White antes de que se alejara.

-No más líos por hoy, ¿entendido? -le dijo. El caballo meneó la cabeza. Heeseung sonrió y palmeó su lomo antes de que se lo llevaran.
Comenzó a caminar hacia la casa. Jungwon se apresuró a seguirlo.
-Espera -le dijo. Heeseung siguió caminando.
- ¿Por qué están tan alterados todos? - preguntó Heeseung y lo miró de costado -Es solo el jefe. No es la primera vez que viene...
-No es por eso -consiguió decir Jungwon mientras intentaba ir a la misma velocidad que su primo -No llegó solo...
Está vez Jungwon se detuvo y lo miró con el ceño fruncido.
- ¿No llegó solo? -inquirió.
- No,... llegó con una chica y un chico. Parecían una pareja o algo así. Entraron con él a la casa grande. Algunos de los muchachos dicen que... que deben ser compradores.

El corazón de Heeseung se detuvo. Eso no podía ser cierto. Seguro que no lo era. Si se había rumoreado que Leonard Steier tenía ganas de vender el campo. Pero hasta el momento Heeseung no lo había creído porque simplemente su jefe jamás le había mencionado nada. Pero de repente se sintió intranquilo. Aquel campo lo era todo para Heeseung y no se veía en otro lugar que no fuera ese.

-Voy a ir a hablar con él -le dijo y comenzó a correr hacia la casa.

Si Hann tenía pensado vender el campo, Heeseung haría lo imposible para evitarlo. Incluso sería capaz de comprárselo él mismo. No por nada había ahorrado casi toda su vida. Se veía capaz de comprar aquellas tierras. O por lo menos una porción.

Entró a la casa por el lado de atrás, como siempre. Al primer lugar al que entraba era a la cocina. Su madre se sobresaltó un poco y giró para mirarlo.

- Qué te pasó? -le preguntó preocupada.
- ¿Dónde está el señor Jeon? -dijo al instante.
-En su despacho -respondió ella extrañada.
-Bien -musitó Heeseung y comenzó a caminar para salir de allí.
- Heeseung, hijo... espera -ella lo siguió pero al parecer él no la escuchaba - ¡El señor no vino solo!-
Se quedó quieta en su lugar ya que al parecer él no la había escuchado. Soltando un suspiro volvió a la cocina. Aun no podía creer que ella estuviese allí de nuevo. Casi sonrió.
Heeseung tampoco iba a creerlo cuando se enterara. Ella había sido tan importante para él cuando era un niño. ¿La recordaría? Estaba segura de que si. Volvió a concentrarse en la comida. Más tarde iba a ver la reacción de Heeseung hacia la llegada de Ross.
Heeseung se detuvo frente a la puerta del despacho de su jefe. Tomó una gran cantidad de aire y luego golpeó.
- ¡Adelante! -dijo él. Abrió y se asomó -¡Heeseung Lee! -exclamó contento y se puso de pie para acercarse. Él entró del todo. Leo lo abrazó paternalmente y Heeseung le devolvió el gesto - ¿Cómo ha estado mi mejor muchacho?
Esbozó una pequeña sonrisa.
-Bien, señor ¿Usted? -le preguntó.
-Yo estoy muy bien -aseguró y volvió a sentarse detrás de su escritorio. Le hizo una seña a Heeseung para que se sentara también - ¿Cómo ha estado todo por aquí?

Heeseung se sentó algo inseguro. Había esperado llegar y encontrar a aquellas dos personas hablando con Hann, pero estaba solo. Quizás no había nada de que preocuparse.

-Todo ha estado muy bien. Los muchachos y yo hemos estado trabajando muy duro con el tema de la marca de ganado... ya sabe, hay varios problemas con los ladrones por aquí. Y... hemos terminado de levantar la valla entre las propiedades de los Montoya y aquí.
-Si, he hablado con Marco y dijo que estaba muy contento con el trabajo. Creo que sobre todo porque ahora podrá tener más controlada a Luna. Heeseung sonrió y asintió.

Si había algo que Marco Montoya odiaba era que su hija menor saliera huyendo de casa solo para acercarse a ver a Jungwon. Por eso mismo fue que se había puesto en contacto con Hann y habían hecho el acuerdo de levantar la valla. Pero lo que el señor Montoya no sabía era que Luna se iba a escapar igual.

-Espero que ahora se quede más tranquilo -dijo Heeseung.
-Lo dudo mucho -rió Hann.

Al parecer todo estaba tranquilo. Heeseung no notaba nerviosismo, ni nada por el estilo en su jefe.
Así que estaba descartando completamente el tema de que Jeon quería vender aquel campo. Quizás era una buena idea que se lo preguntara.

-Señor...
-¿Si, hijo? -preguntó mientras lo miraba con ambas cejas levantadas.
-Usted... ¿va a vender el campo?
Hann frunció el ceño y luego lo miró fijo por unos cuantos segundos.
-No -dijo al fin. Heeseung sintió un gran alivio -¿De dónde sacaste eso?
-En realidad es un rumor -le contó -Se ha estado diciendo que usted quiere vender el campo para irse definitivamente a la cuidad.
-Eso es una locura -aseguró Heeseung -Jamás vendería este lugar. Es más... tengo pensando quedarme a vivir aquí.
Los ojos de Heeseung se abrieron sin poder creerlo, y luego una tonta sonrisa se dibujó en su rostro.
- ¿En serio? -inquirió sorprendido.
-Jamás bromeo con esas cosas, Heeseung.
-Lo sé, lo sé...
-Lo que me extraña es que hayas siquiera pensado que yo podía vender este lugar. ¿Por qué?
-Es que me dejé llevar -le quitó importancia -Además de que los muchachos lo vieron llegar con una... pareja o algo así. Pensaron que eran compradores.
-Ooooh, no, no, no. No son compradores -dijo divertido -Son solo Andrew y mi...
La puerta del despacho se abrió y una agitada Gina entró rápidamente. Ambos hombre se levantaron exaltados.
- ¿Qué pasó, mamá? -le preguntó Heeseung.
- Hirieron... hirieron a tu primo -dijo agitada.
- Mierda -murmuró Heeseung y salió rápidamente de allí.

Era increíble ver como en el campo todo se iba al carajo en menos de dos segundos. En un momento estaba todo tranquilo, pero al darte la vuelta y volver a mirar, todo era un desastre. Y que en ese momento el involucrado en los pleitos haya sido Jungwon lo ponía realmente de mal humor. A veces su primo no sabía mantenerse al margen. Le gustaban los problemas.
Salió de la casa con los pasos de Gina y Hann detrás. Su madre hablaba efusivamente, mientras era contenida por el señor Jeon. Llegaron a las caballerizas. Todos los trabajadores se giraron a verlo cuando entró. Divisó sentado sobre un barril a Jungwon con una venda rodeándole el brazo.
Heeseung miró con un poco de temor a su primo.

-Te juro que no quise que esto pasara -le dijo antes de que Heeseung pudiera hablar.
-¿Qué pasó? -preguntó y se acercó más a él para revisarle la herida. Le quitó la venda y revisó los daños.
-Al parecer la bala solo lo rozó -dijo Cameron -Pero estuvo cerca... muy cerca.
-Quiero saber que demonios pasó -gruñó Heeseung. Todos se quedaron callados - ¡Es que nadie va a decirme nada!
-Fueron los Montoya -habló uno de ellos al fin. Jungwon lo miró asesinamente -Niki y Jay fueron los que le dispararon a Jungwon...
Heeseung se masajeó las sienes.
Ya estaba realmente harto de que los hermanos de Luna intentaran asesinar a su primo. Estaba jodidamente cansado.
-Ya me tienen harto -dijo Heeseung luego de unos segundos. Miró a Jungwon -No vas a acercarte más a sus propiedades, ¿entendiste?
-Pero... pero, pero, pero...
-Pero nada, Jungwon. No te quiero ni a dos metros de sus tierras. No hasta que arregle cuentas con ese par de...
-Tranquilo, hijo -habló Hann mientras ingresaba con Gina. La mujer sofocó un sollozo y se acercó rápidamente a su sobrino. Le besó la frente, le acarició el rostro.
-Ya, tía -dijo Jungwon algo avergonzado. Heeseung miró fijo a su jefe.
-Yo mismo voy a encargarme de hablar con ellos. Montoya me debe varias cosas -aseguró Hann.

________________________
ESTAMOS MUY CERCA DE QUE NUESTROS PERSONAJES SE VEAN DESPUÉS DE TANTO AÑOS <3

Wild Horses - Lee Heeseung ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora