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Cerró la puerta del taxi que lo llevaría a lo que sería su hogar por el próximo semestre. Para Zhang Hao era un desafio llegar a un país completamente desconocido, al menos conocía el idioma, pero de igual manera se sentía ajeno.

Su solicitud para pasar de intercambio a una de las universidades de artes más prestigiosas de Corea fue un sueño hecho realidad, él como futuro maestro de música busca especializar sus conocimientos, tanto como se le permitiera.

Hao revisó su teléfono, sus padres le deseaban suerte y que por favor les llamara seguido, suspiró algo cansado por el viaje, era primera vez que se encontraba tan lejos de casa. Sus ojos admiraban con algo de asombro y desesperación a la vez la gran ciudad de Seúl, tenía intriga, miedo y curiosidad. Pasó por fuera de su nueva casa de estudios, y unos metros más allá, la residencia masculina en la cual viviría por los siguientes meses. Pagó al chofer su tarifa por el traslado, para luego bajar con algo de dificultad su equipaje.

El edificio se veía algo anticuado, con unas escaleras de cemento, en las cuales se encontraba un hombre vestido algo formal mirando atentamente a Hao.

-Usted debe ser el señor Zhang Hao, ¿es así? -le preguntó, Hao asintió tratando de demostrar seguridad. -Soy el decano Lee, estaba esperando tu llegada, no suelo recibir a los estudiantes personalmente pero, tener la presencia de uno tan destacado como tú es un placer.

-Señor Lee -Hao realizó una pequeña reverencia con timidez -El placer es el mío por estar en esta universidad, espero hacer un buen trabajo aquí, muchas gracias por recibirme.

-¡Vaya! Tu coreano realmente es fluido, excelente -el decano río mientras Hao seguía inmóvil sin saber que hacer con claridad -Bueno, por ahora es esta mi bienvenida, por favor entra a la residencia y tomate la libertad de instalarte en tu dormitorio.

Cuidadosamente subió las escaleras hacia las puertas del edificio, al entrar se dio cuenta que tenía que subir por las escaleras hasta el cuarto piso con sus maletas, ya que lo primero que vieron sus ojos apenas puso un pie dentro del lugar es un gran letrero anunciando que los ascensores estaban descompuestos.

"Maldita sea".

Con mucho esfuerzo, Hao logró llegar a su habitación, la 408, la cual era un lugar muy pequeño. Una cama, un escritorio, un baño privado minúsculo y un armario del cual no estaba seguro si toda su ropa podría guardar en aquel espacio. Le tomó alrededor de una hora desempacar su ropa y ordenarla, y otra hora más en decorar y armar su habitación, quería sentirla lo más cercana a él, asi que colocó fotografías con familia y amigos, un calendario, e imágenes sacadas de internet que lo ayudan a inspirarse.

Un "toc-toc" en su puerta lo desconcentró, probablemente se trataría de algún compañero fue lo que pensó Hao. Y tal como supuso, al otro lado de la puerta se encontraba un joven alto, piel lisa y un cabello oscuro con el flequillo cayendo por su frente.

-Oh... no te he visto por aquí, el rumor del chico nuevo era cierto -habló el chico mirando a Hao, quien estaba con las orejas ardiendo por la timidez -Soy Kim Jiwoong. Un placer conocerte...

-Zhang Hao. Vengo por este nuevo semestre.

-¿Eres extranjero? -Hao asintió intentando hacer contacto visual -Debe ser complicado estar en un país que no conoces del todo.

-Algo así, pero de verdad creo que me acostumbraré en unos días.

-Bueno, Zhang Hao. Vivo en la habitación de frente que es la 407 -comentó el chico Jiwoong con una sonrisa agradable a los ojos de Hao -Si llegas a necesitar algo no dudes en buscarme, me gusta ayudar a la gente nueva, ¿estás en la clase de música?

-Sí, estoy aquí para tomar clases de composición musical, instrumentos canto y baile

-Canto y baile, ¿huh?, entonces seremos compañeros de clase si es que cursas los niveles avanzados. Espero verte Zhang Hao -guiñó el ojo a Hao y se marchó por el pasillo con las manos en los bolsillos, Hao miró como Jiwoong bajaba las escaleras desapareciendo del piso cuatro.

Su día lo terminó agotadisimo, era una mudanza algo diferente, pero debía estar listo para estar en su clase de danza de mañana a primera hora. Apenas su cuerpo tocó el colchón de la cama los ojos de Hao se cerraron inmediatamente.

Era una mañana algo fría cuando Hao pudo despertar de su profundo sueño, se sentía bastante cansado aun, tomó una ducha y se vistió para ir a su primer día de clases, según lo entendido en la residencia había una cafetería en la que puede tomar sus comidas. Al salir de su habitación mientras la cerraba con llave se encontró con Jiwoong en el pasillo.

-Zhang Hao, ¿tienes clase de danza? -preguntó Jiwoong mientras guardaba las llaves en su bolsillo y acomodaba el bolso en su hombro.

-Sí, y solo dime Hao, no es necesario tanta formalidad.

-Está bien. Eh, ¿vas a desayunar?.

-Me gustaría pero no sé donde está el comedor -contestó Hao en voz baja.

-No te presiones, eres nuevo. Ven, yo te indico dónde queda, tengo mucha hambre -Jiwoong soltó una carcajada, Hao al menos se sentía acompañado y esperaba ser amigo de Jiwoong, odiaba la soledad y no quería sentirse así, otra vez.

Bajaron hasta el primer piso, donde se podía ver un gran ventanal que daba a un jardín, algo descuidado, pero tenía una cierta belleza. Junto al gran ventanal estaba la entrada a un amplio salón con muchas mesas y asientos, una cocina que parecía buffet donde el olor a comida casera inundaba el lugar. Jiwoong comentó que por la hora no estaba tan lleno pero pasado las diez de la mañana el comedor está abarrorado de chicos siempre.

Zhang Hao se sirvió una porción de arroz, huevos fritos y kimchi de desayuno, con un cálido té. Jiwoong prefirió tostadas de palta y huevo, junto a una pequeña porción de kimchi, le sugirió ir a comer en las mesas que daban a las ventanas.

Hao y Jiwoong comían, a veces Jiwoong comentaba algunas cosas de la clase de danza, la cual era la avanzada y por lo tanto serían compañeros. Pero Hao estaba totalmente distraido, tenía un poco de miedo de como lo recibirían. Sintió unas risitas de la mesa de al lado, las cuales lo tensaron bastante.

Giró su mirada rápidamente, para darse cuenta que solo se trataban de tres chicos hablando entre sí, Hao se tranquilizó, pero a la vez no. ¿La gente lo notaría?. No, no debe preocuparse por eso y se lo prometió antes de venir acá, sus ojos se posaron nuevamente en el grupo de chicos, y cruzó mirada con uno de ellos, Hao y el muchacho estaban sentados de tal manera que se podían ver frente a frente, desviaron la mirada rápidamente con timidez y vergüenza, pero Hao volvió a mirarlo.

Analizó el rostro del chico; cara redonda, cejas definidas y un cabello café oscuro muy bien peinado, vestía una camiseta blanca y encima un jersey tipo americano. Hao no pudo evitar soltar un suspiro.

Se trataba del chico más atractivo que pudo haber visto.

𝙚𝙣𝙘𝙝𝙖𝙣𝙩𝙚𝙙 • 𝙝𝙖𝙤𝙗𝙞𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora