No correspondido [Yoonseok/Junghope]

[Único]

Un bonito cachorro omega de cabellos rojizos se adentró al salón de clases con pasos vacilantes, sintiéndose nervioso y un poco tímido ante las miradas curiosas de los otros cachorritos sobre su persona, por lo que la profesora sonrió con amabilidad para brindarle un poco de confianza al menor.

—Pequeñitos, él es Jung Hoseok, será su nuevo compañero en este periodo, por favor sean amables con él.—Pidió con dulzura y el resto de los niños coreo un sí, por lo que la mujer omega sonrió satisfecha y se acercó al pequeño pelirrojo.—Bueno, cariño, puedes sentarte en...—Su mirada viajó por toda el aula, hasta que dio con un asiento vacío.—Puedes sentarte junto a Yoonie.—Indicó, señalando a un bonito niño de cabello castaño y piel pálida, quien no los miraba en absoluto, ya que parecía mucho más concentrado en pintar el dibujo de su cuaderno.

El pequeño pelirrojo asintió y apretó con fuerza las correas de su bolsón para después caminar con pasos lentos hasta el sitio que la profesora le indicó, que se encontraba al fondo del salón, cuando estuvo allí, se descolgó el bolsón y lo dejó sobre la mesa para después arrastrar la silla de manera cuidadosa, logrando así llamar la atención del castañito.

Los ojitos miel del pelirrojo se encontraron con los bonitos ojos marrones del castaño y el mundo a su alrededor pareció desaparecer, el pequeño alfa Min Yoongi miró con curiosidad al niño que sería su compañero de asiento y se permitió detallarlo. 

Su cabello rojizo caía desordenadamente, haciéndolo lucir adorable, mientras que sus ojitos eran protegidos por unos lentes de marco delgado color negro, vestía el uniforme de su instituto pero el otro cachorro no pudo evitar fijarse en la pulsera que decoraba la manito derecha del pequeño, ni mucho menos le paso desapercibido el casi imperceptible aroma a mandarina, era agradable, tanto que su lobito se mostró contento.

Sin pensarlo demasiado, Yoongi le dedicó una pequeña sonrisa y sintió su corazón acelerarse cuando el otro niño le correspondió y tomó el asiento a su lado, no hubo palabras, al parecer, señorita Nayeon había logrado ganar por completo la atención de todos sus alumnos.

El momento que el pequeño Hoseok tanto temía llegó, la campana del receso sonó escandalosamente y el omeguita suspiró, en su anterior instituto siempre almorzaba solo, ya que sus compañeros no lo consideraban lo suficientemente agradable o bonito para acercarse a él, así que no esperaba que en ese nuevo sitio las cosas fuesen diferentes.

—Oye...—Una vocecita llamó su atención y se permitió voltear, encontrándose con su compañero de asiento, quien lo miraba con timidez.—¿Quieres almorzar conmigo y con mis amigos?—Invitó desviando la mirada con un débil sonrojo y extendió su mano en dirección del omeguita, quien se sintió conmovido por ese acto.  

Una sensación agradable invadió el pecho del pelirrojo y sin pensarlo mucho tomó la mano que le era ofrecida, ambos niños se observaron con pequeñas sonrisas y abandonaron el aula con pasos rápidos, todo ante la mirada curiosa de la profesora Im Nayeon, quien dejó de lado su almuerzo y caminó en dirección de una de las ventanas, observando desde allí el patio de juegos.

—¡Son tan tiernos!—Expresó para su misma con una sonrisa enternecida, mientras observaba a los pequeños en una de las mesas, el grupo de amigos de Yoongi charlaba animadamente con el pelirrojo, mientras que el castañito lo miraba con ilusión, algo bastante extraño en él.

La mujer abrió y cerró la boca con sorpresa al observar a Min Yoongi dejar un beso en la mejilla del nuevo alumno, ella mejor que nadie sabía que las muestras de afecto no eran algo común en el pequeño Min, pero tenía que admitir que era algo muy lindo, considerando que el cachorrito parecía feliz y que el omeguita no se había mostrado incómodo.