Oscura obsesión [+21]

8

•Sara•

Hoy es sábado y estoy desayunando con papá.

Estos días se me hicieron muy intensos, las miradas y la tensión entre Thane y yo no se fue. Sigue en el aire ahorcándonos a los dos, no hemos hablado desde que se marcho de mí dormitorio.

Seguí llorando por dos noches, por él y por necesitarlo de vuelta, estuve a nada de ir a su dormitorio para besarlo y decirle que no me dejará.

Por suerte me detuve a tiempo, por lo que no fui a buscarlo.

Hoy era mi cita con Gregory, no quiero ir, no sé qué busca él invitándome a citas, saludándome en el instituto, uniéndose a mí junto con Jasper en la cafetería para almorzar y todo eso.

Espero que no quiera nada serio conmigo porque sin dudas lo rechazaría, no porque no me parezca bueno o lindo, en cambio él es muy hermoso, bonito y bueno pero no puedo corresponderle cuando yo anhelo a otra persona.

Esa persona es Thane.

Mi corazón le pertenece y lo anhela a él solamente.

Pero no podrá ser, solo porque es un maldito cobarde y miedoso.

—Buenos días papá… —habla Thane sentándose en la mesa.

—Buenos días.

—Hoy vendrá una chica, quiero presentártela porque es mi novia. —dice esas malditas palabras muy maliciosamente.

Papá no sé dio cuenta pero yo sí.

¿Novia? Eso sin dudas me dolió, me beso hace tres días dándome a entender que me ama a mí, que tiene sentimientos por mí y ahora cae con que tiene novia.

—Bien. Cocinaré algo rico. ¿Es alérgica a algo? —pregunta.

—No que yo sepa.

Yo me levanto de la mesa para buscar mi mochila y mostrarle todas mis tareas hechas a papá junto con dos exámenes, uno de diez y otro de ocho.

No tendría que pedir permiso, casi soy mayor de edad.

— ¿A qué se debe esto? —me pregunta extrañado mirando mis cosas. —Y felicidades por tus buenas notas cariño.

—Gracias papá y te muestro esto porque quiero permiso para salir hoy en la tarde. —le sonrío.

— ¿Con quién y a dónde? —me entrega todos las hojas.

Siento su mirada que quemándome.

—Gregory me invito a salir a la feria del pueblo y después a cenar. —sonrió tiernamente.

—Puedes ir cariño pero te quiero aquí a las once de la noche.

Yo asiento y lo observo a él, a sus ojos azules como el océano mismo.

En su mirada hay odio, furia y más que nada celos, me quiere asesinar con su mirada pero yo le rebajo la mirada.

—Cariño… ¿Puedes ir al supermercado? —me pregunta papá y yo volteo los ojos.

—Sí, dame el dinero. —ofrezco mi mano y él saca un par de billetes.

Papá toma con rapidez una hoja en las que siempre nos deja notitas a Thane y a mí, él escribe varias cosas.

—Puedes comprarte lo que quieras y tus cosas personales.

Asiento para tomar la hoja.

—Thane acompáñala, es una compra grande y necesitará ayuda. Vayan en mi auto.

Yo refunfuño y camino para salir de casa.

Me subo del lado del copiloto cuando Thane saca la alarma.