Sembrando dudas

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Agradeció a Shizune por las palabras de aliento y salió de ahí, finalmente su madre estará tranquila con su evaluación y ella podría estar más a gusto con sus salidas.

Se detuvo unos segundos para ver lo grande y pintoresca que era la universidad, imaginando que una canción romántica como Stand by me estaría sonando de fondo, deseaba estar ahí, deseaba ser la chica que estaba bajo un árbol estudiando, o aquella chica que descansaba libremente en las hamacas. El edificio colonial le daba el toque de sofisticación, sabía que su madre había estado ahí durante varios semestres y que luego había desertado por obvias razones, en parte solía culparse a sí misma por hacer que su madre perdiera oportunidades, pero recordaba las dulces palabras que le dedicó en su tesis de licenciatura y se le pasaba.

—Pensé que no estabas estudiando—Mencionó Delta, sorprendiéndose de encontrarla ahí, levantó su rostro de entre sus manos, la había sacado de sus fantasías y eso le molestaba un poco

—No lo estoy

—Mmm ya, lamento lo que sucedió, de verdad Yodo puede ser una patada en el culo

—Bueno, lo hecho esta hecho—Dijo caminando en dirección contraria

—Espera, ven conmigo a una clase, quiero mostrarte mi trabajo

No lo pensó durante más de cinco segundos, e inmediatamente la siguió, quería conocer las dinámicas, saber cómo era la educación, si había alguna clase de favoritismo, si hablaban en idiomas distintos, los métodos de aprendizaje que utilizaban, la filosofía que tenían las personas que estaban a cargo de la educación, necesitaba saber de qué se estaba perdiendo todo este tiempo.

Delta la metió de oyente, ella era la asistente de la persona a cargo del grupo, se sentaban en circulo, y Sarada ocupo un lugar en una de las sillas que tenían rueditas. Los escritorios estaban acomodados en media luna, Delta le prestó un libro, diciéndole que no tenía que comentar, la clase no tardó en iniciar y el debate la mantenía con un interés genuino, eran temas que a ella le interesaban, discutiendo los ángulos de la corporalidad, debatiendo sobre que el cuerpo es utilizado en cualquier ámbito, para comer, dormir, trabajar, sentir placer, llegando a los estigmas de este con la cuestión del comercio sexual.

—Es que la sexualidad es un tema muy amplió y debe dejar de ser un tabú reduccionista a lo biológico

—Pero ¿Estas consciente de que el cuerpo no solo lo utilizamos para sentir placer? Va más allá de las construcciones socioculturales que se han establecido alrededor de este, el cuerpo también son los procesos naturales

—Sí pero ya estás casándote con el determinismo biológico

Sarada miró a Delta sonriendo, estaba agradecida por esta oportunidad.

—¿Entonces grupo, a que vamos llegando con toda esta cuestión? ¿Qué pensamos del comercio sexual?

—Sí me permiten opinar, el comercio sexual es solo un eufemismo hacia la prostitución—Aclaro Sarada nerviosa, los ojos se posaron en ella

—Mmm te escucho

Las manos le sudaban—¿Estás diciendo que las personas que trabajan de comerciantes sexuales no merecen los mismos derechos que las personas trabajadoras?—Le cuestionó alguien

—Déjala hablar

—Sí estamos partiendo desde que todas las personas trabajamos con el cuerpo de alguna manera y del tabú que hay en torno al tema del coito, ¿Estás en el mismo canal? ¿Leíste a Lamas*?

—Me refiero más a esta cuestión de clase—Mencionó Sarada—Quien se beneficia de estas cuestiones laborales donde gozan de ser sus patrones son aquellas personas llamadas scourt o acompañantes, aquellas personas que lo hacen más por gusto que por necesidad. ¿Quiénes son estás personas que se desempeñan como tal? Son personas privilegiadas, que gozan de los recursos que tienen, las conoces por internet, por medio de una página, ellas tienen la capacidad y libertad de elección sobre las personas con las que saldrán, pero en la prostitución es distinto, pareciera que ellas están ahí porque quieren como alguien más mencionaba, pero va más allá de eso, sí lo realizan es porque necesitan el dinero para subsistir, para llevar a su familia, algunas personas son minorías, migrantes, mujeres con discapacidad, o mujeres que están siendo explotadas porque buscan una calidad de vida decente y la sociedad no les permite encontrar algo más allá de eso, y el verdadero problema no es la existencia de derechos o no, mientras sigan existiendo sujetos de consumo la prostitución seguirá existiendo, aunque tenga el estandarte de que es un trabajo al mismo nivel que los otros donde se utiliza el cuerpo como herramienta, eso no garantiza que tendrán una vida mejor, no garantiza que existirá menos discriminación y prejuicios entorno a este trabajo, porque sí, que lindo que alguien ganará dinero en base al placer, pero olvidamos todo lo que está detrás de esto—Hubo silencio ante la larga explicación de Sarada

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