¿Todavía seguís aquí leyendo?¿Es que la sombra de la bodega nos ha asustado lo suficiente?Bueno pues tranquilos que tenemos mucho tiempo para otra historia.
Esta comienza en una urbanización de Texas...
A la Señora Róbinson nunca le gustó la diversión por lo tanto no tenía ninguna afición.
-Buenos días Señora Róbinson.
-Buenos días Catherin.
-No le parece un buen día.
-¡Pues no!
-¿Por que? Si hoy es sábado.
-Precisamente por eso no estoy contenta. Hoy todos los niños salen afuera a jugar y yo odio a los niños.
-Vaya pues lo siento.
-Haces bien en sentirlo.
(Mientras se va en voz baja)-Menuda señora mas descarada.
La Señora Róbinson trabajaba como doctora en el hospital del pueblo. Era la mejor en su trabajo y la mas admirada.
Un día el Doctor Michael le pidió a la Doctora Róbinsón que fuera al teatro con el, pero como ella sabia que eso era divertido pues le dijo que no.
Después de 1 hora Michael consiguió convencerla.
-¿Entonces al final vienes?
-Siiii... Vale.
-Bien, perfecto... Gracias.
En la noche del teatro la Señora Róbinson encontro su afición, el teatro.
Se volvió tan loca que al acabar la obra se puso a gritar: Mas, mas, mas...
-Tranquilizante, ya es la hora de irse.
-¿Volvemos mañana?
-No crees que te estás poniendo un poco histérica.
-¿Yo histérica? ¡Para nada!
Al día siguiente en el hospital la Doctora Róbinson no hacía mas que pensar en el teatro.
En ese día a un anciano le dolía la pierna y la doctora se encargaba de el.
El pobre hombre salió del hospital sin una pierna.
En ese momento fue despedida por estar desconcentrada. Perdió todo su dinero y su casa. Se quedo en la calle pidiendo limosna.
Un día se artó del sufrimiento de su vida y se corto una vena.
Nadie se preocupo por su muerte menos el Diablo que le estará esperando en el infierno.
