Esta es la historia de Margarita Escalante, una madura, elegante y poderosa empresaria, experta en el juego de las apariencias. Quién tenía la fuerte convicción de que su vida ya estaba hecha, hasta que conoce a Adriano Conti; un joven empleado de b...
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Capítulo 15
Confesiones
En la mansión Escalante... Rogelio, vigila constantemente los movimientos de Margarita. La invita a pasar tiempo juntos pero esta, continúa rechazándolo. Para su suerte... Valentina, le pide que la acompañe a comprar un vestido para la fiesta de lanzamiento. Ambas le extienden la invitación a Natalia, pero esta les confiesa que pasará el resto de la tarde con la familia de Alex, así que no podrá.
Por otro lado... Adriano, recibe inesperadamente la visita de sus suegros. Quienes al vivir lejos se hospedan el fin de semana en su casa. Él, forzado a dormir en la misma cama con su esposa, toma como pretexto el trabajo y se refugia en la tableta. En el trascurso de ambos días... Alicia, habla ilusionada sobre el tema del bebé; Durante una de las conversaciones su madre, le pregunta por la cita de la transferencia de embriones... esta discretamente, le dice el día y la hora.
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Lunes en la mañana.
Empresa Escalante
A dos semanas de la fiesta de lanzamiento, la ansiedad entre los empleados ha alcanzado niveles tóxicos. La tensión contenida por las tareas que faltan por cumplir, los tiene a todos con baja tolerancia a la frustración.
Oficina de Rogelio
Con una llamada de carácter de urgencia, Emilio, se reporta de inmediato en la oficina de su amigo.
Emilio— ¿Para qué me querías ver tan temprano?
Rogelio— Es que necesito hablar contigo, de algo que no me deja tranquilo.
Emilio— ¿Y ahora qué pasó?
Rogelio— Han ocurrido... algunos eventos inesperados, que han perjudicado aún más mi matrimonio con Margarita —Emilio, lo escucha confundido—. Me encontró... teniendo relaciones con Paula, aquí en la oficina.
Emilio, empalidece:
—Pero... ¿¡Cómo!? ¿¡Cuando!?
Rogelio— Fue la semana pasada. No recuerdo bien si fue martes en la noche o ya era miércoles de madrugada, no lo sé. El caso es que... yo me había despedido de Margarita, la vi salir del Piso con el tipejo ese... Y todavía no entiendo cómo, lo dos terminaron frente a la puerta de mi oficina.
Emilio— Me estás diciendo... ¿¡Qué Adriano también los vio!?
Rogelio— Sí...
Emilio, le reclama frustrado:
—¿Qué hiciste...?
Rogelio— ¡Caer en las provocaciones de Paula! ¡Eso hice!
Emilio— ¿Te das cuenta? ¡No sólo te dejaste ver por tu mujer! ¡Sino también por el hombre que está interesado en ella! Se la acabas de dejar en bandeja de plata.
