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Para tratarse de un domingo por la noche, el ambiente estaba bastante agitado.

Todas las mesas se encontraban ocupadas, incluso la barra que se encontraba a un costado del establecimiento, lo que significaba que Sapo Peta iba de un lado a otro atendiendo clientes y recibiéndolos, además de preparar las pizzas. Para su alivio, sus dos nuevos amigos se encontraban ahí y habían decidio ayudarlo sin ningún problema.

Cuando las cosas se calmaron un momento, los tres se sentaron detrás del mostrador con una rebanada de pizza en la mano. Aprovecharon la calma para ponerse al día en sus vidas, contar cómo había ido la semana y lo que planeaban hacer dentro de unos días.

Rubius aprovechó el momento para quejarse sobre un profesor y cómo este le había calificado con una nota inferior a lo que su trabajo merecía, dando sus razones del porqué creía que todo era un plan del profesor para hacer que reprobara la asignatura. Quackity lo observaba con una sonrisa, era la cuarta vez en la semana que escuchaba el mismo discurso, pero disfrutaba ver cómo su amigo se mostraba más y más molesto a lo largo de su desahogo, llegando incluso a mover las manos y ponerse de pie.

Aquel momento se vio interrumpido cuando la campanilla sonó anunciando nuevos comensales, los tres giraron sus cabezas hacia la entrada, mirando directamente a las dos personas que acababan de entrar. Estos los miraban de vuelta, con un poco de sorpresa.

—Bienvenidos a Pizzaland, adelante— Sapo Peta les dio la bienvenida, rompiendo la pequeña tensión que se había creado, ambos avanzaron hacia el mostrador, uno con más seguridad que el otro.

—Pero bueno, si es el muchacho del otro día— Respondió Vegetta con entusiasmo una vez reconoció a Sapo Peta —Que bueno volver a verte.

Mientras la conversación se llevaba a cabo, Rubius se giró para ver cómo estaba Quackity, y se desconcertó al verlo tan tranquilo y quieto, incluso con una pequeña sonrisa asomándose por sus labios mientras observaba a ambos chicos frente a él. Entonces se giró a ver a Luzu, y lo encontró mirando a Quackity también, con una sonrisa un poco más notoria.

Salió de sus pensamientos cuando notó que Sapo Peta estaba dejando pasar a ambos detrás del mostrador para que se quedaran junto a ellos a conversar. Se sintió un poco incómodo, puesto que aún no había hablado con Luzu para disculparse por su actuar y compartir espacio con él era lo último que se imaginó que pasaría.

Al final decidió acabar con eso de inmediato, ya estaba bastante mayor para dejar pasar sus errores y no hacerse responsable. 

—Bueno chicos, aprovechando que están aquí, voy a hacer esto— Comenzó, llamando la atención del grupo —Luzu, la forma en la que te traté hace unos días estuvo mal y debo reconocerlo. No debí tratarte así y menos hablarte de esa manera, te pido perdón.

Luzu se sorprendió, no se esperaba para nada que Rubius se disculpara con él, pensó que ignoraría el problema que hubo y que ignoraría su presencia también. Pero debía admitir que se sentía bien el hecho de que le pidiera perdón, ya que sus palabras le habían afectado enormemente.

Pero al mismo tiempo, fue gracias a esa discusión que se desencadenó todo y pudo sincerarse con Quackity.

—Estás perdonado, todos tenemos días malos— Contestó, sonriéndole —Dejemos eso en el pasado y ya.

Ambos se miraron y asintieron, estando de acuerdo en algo.

—Al final nunca me dijiste el porqué discutieron ustedes dos— Quackity observó a Rubius con una ceja alzada, esperando una respuesta.

—Fue una tontería, de verdad— Intervino Luzu, distrayendo a Quackity —Fue algo pequeño pero como ambos habíamos tenido una mala mañana el asunto se hizo más fuerte.

So, it's end? [Luckity​]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora