Yo te voy a salvar [MichiDou](+18)

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Michikatsu fruncía el ceño enfadado en todo el viaje.

Todo en su vida era perfecto hasta que falleció su padre.

Desde la muerte de su progenitor, el y su hermano gemelo tuvieron que dejar sus actividades extracurriculares, dejaron de recibir mesada, dejaron de salir con sus amigos y ahora van a mudarse a un pueblo a las afueras de la ciudad porque su madre consiguió un empleo mejor.

-Relájate hermano.- Escuchó susurrar a Yoriichi, su hermano gemelo. -Tal vez aquí no sea tan malo. Además recuerda que vivimos con la pensión de papá y el empleo de mamá, es normal que en algún momento se nos acabaran los lujos. Deberíamos agradecerle a mamá por seguir cuidandonos y no caer en depresión o traumas.- El de aretes intentaba hacer entrar en razón a su gemelo mayor por dos minutos.

-Cállate, eres molesto.- Se quejó Michikatsu. -Además ahora ya no tengo a mi culoncita para manosearla.-

Yoriichi rodó los ojos. -Michikatsu, tu y Nakime eran un caso perdido, algún día eso iba a terminar de una forma u otra. Además que yo sepa era solo sexo.-

-Por supuesto que era solo sexo, tonto. Sabes bien que odio esas tonterías del amor. Lo malo que en este pueblucho no conseguiré ningún culo privilegiado de mi pene.- Michikatsu miraba por la ventana molesto.

-Sabes? Hay más cosas que el sexo para pasar el tiempo.- El pelirrojo intentaba sacar charla de conversación con su hermano.

-Claro que lo se. Olvidas que practicaba boxeo y tu piano, además de que íbamos a natación juntos? Pues eso se acabó porque la rata de mamá no nos quería seguir pagando las clases.-

-No deberías hablar así de mamá, ella hace lo que puede por nosotros. Además, qué diría papá?-

-Seguramente diría que use el dinero de la pensión para nosotros, o que directamente nos lo de y volvamos a la ciudad. O sino cuando tenga 18 años en tres meses puedo reclamarle mi parte de la herencia y regresar a casa.-

-... Eres un caso perdido hermano. Pero ya te digo, vas a encontrar algo o alguien que te guste y te hará gustar estar aquí. Es más. Hagamos una apuesta. Si en tres meses ya no quieres volver a casa me debes 10 dólares, en cambio, si en tres meses aún quieres volver a casa te debo 10 dólares.-

-Hecho. Pero ya deja de hablar como nerd con tus "en cambio" y el amor verdadero y bla bla.-

-Jamás lo haré. Y tu enamorate de una vez a ver si se te pasa la calentura de adolescente puberto y eres un poco más responsable y amable.-

-Jamás me enamoraré.-

Al escuchar un motor detenerse, un par de ojos arcoíris se abrieron asustados y revisaron con terror el lugar que conocía de memoria desde los cinco años intentando encontrar un escondite, sabiendo perfectamente que sería inútil huir, la cadena en su tobillo no se lo permitiría.

Solo rogaba que no fuera su padrastro, ese cruel hombre que hizo de su vida un infierno.