Hani y Venice PT.2

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-Bueno, listo -dije-.Creo que ya hemos hablado demasiado de los profesores. Ahora cuéntame, Venice, ¿cómo te va en la escuela?

Mi sobrino se encogió de hombros, siguió con su desayuno y al final se salió de la cocina sin decir nada.
Me quedé con las preguntas en la boca.

- ¿Qué les pasa a los niños de hoy? -me quejé.

Bible me sirvió un poco más de café y luego de agradecerle, tomé una tostada a la que le agregué queso.

-No saben apreciar la belleza -dijo distraído.

Dejé escapar el aire, nervioso, ignorando lo que había dicho.

-No me refería a eso. Quiero decir, ¿desde cuándo son tan maleducados?

Bible frunció el ceño.

-Él no es maleducado. Solo que no le gusta hablar mucho.

-Tiene siete años, por si no lo has notado. Si yo le hubiera esquivado a mi madre alguna pregunta a esa edad, ella ya me habría abofeteado.

Él sostuvo una tostada en el aire y me miró como si concibiera la idea. Tenía los ojos bien abiertos.

-No en esta casa -respondió cuando pareció caer en la cuenta de que no estaba bromeando-. Él merece respeto. Y además, tú no eres el padre.

- ¿Respeto? Volvemos a lo de que tiene siete años.

-Oye, así lo criaron Samantha y Jonathan. No es mi culpa si no quieres aprender a tratarlos.

Pestañeé por unos segundos sin decir nada. Él se había enfadado. Sin dudas amaba a Venice más de lo que me imaginaba y estaba dispuesto a defenderlo de cualquier cosa que pudiera llegar a decir acerca de su crianza. Y Venice lo quería a él, y lo respetaba, eso era muy evidente. El niño prácticamente lo estaba tomando como modelo, ya que su padre trabajaba durante todo el día y aunque era un buen sujeto, no parecía disponer de mucho tiempo para él.

Lo entendía perfectamente.

En ese momento sentí una pequeña oleada de envidia. Bible lo tenía fácil, había vivido en esta casa desde hacia bastante tiempo, al parecer, y los niños estaban acostumbrados a él.

Técnicamente los había criado a ambos.

-Lo siento -dije después de unos diez minutos en los que desayunamos en absoluto silencio. Me levanté, lavé mi taza a pesar de que él me dijo que no lo hiciera y me fui a mi cuarto enfadado conmigo mismo.

- ¡Espera, Build! -fue lo último que oí.

Unos quince minutos después, escuché que alguien golpeaba a la puerta de mi habitación. Yo me encontraba recostado en la cama oyendo música a un volumen muy bajo, de otra forma no lo hubiera oído.

Respiré profundo y me levanté. Abrí la puerta y allí estaba él. Diablos, ¿iba a ser así todos los días? Debía apresurarme a conseguir un empleo así no lo veía tan seguido. Quiero decir, no es que no me cayera muy bien, solo que estaba acostumbrado a mis espacios. Apo sabía en qué momentos no hablarme y este sujeto tenía pinta de entrometido.

- ¿Sigues enfadado? -preguntó apoyándose en el umbral con los brazos cruzados sobre su pecho.

-No estoy enfadado con nadie en particular más que conmigo. No me gusta que los niños ni me registren. Hani llora cuando la cargo y a Venice le da igual si estoy o no.

-Oye, eso no es tan así.

Lo miré por unos segundos y sacudí la cabeza.

-Para ti es fácil, los niños te adoran -dije y me senté al borde de la cama.

MI DULCE DESTRUCCIÓN [BibleBuild]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora