¿Hay sitio para alguien más?

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NARRA PEDRI

Estaba jodido.

Mi familia no entendía porque Julia estaba ahí, ni porque había elegido casarme con ella cuando Maddy se había ido.

Yo no había tenido elección.

Julia tenía un padre demasiado importante en el mundo del fútbol y yo estaba amenazado.

Al día siguiente de que Maddy se fuese, recibí una llamada, me hizo quedar con él y me amenazó con que si no me casaba con su hija, tanto mi carrera como la de Maddy estarían acabadas.

Estaba viendo a mi hermano, mi madre y mi padre en la cocina.

Y sabía muy bien porque lo había hecho.

Por ellos.

Y por Maddy.

Por mi familia porque vivían así de bien gracias a mi.

Y por Maddy porque su carrera lo era todo para ella.

Y si yo tenía que sufrir toda una vida al lado de la persona que no amaba, estaba dispuesto a hacerlo sin dudarlo ni un solo segundo por ellos.

No sabía nada de Maddy.

No me había atrevido a decirle nada cuando la noticia de mi casamiento había saltado a la luz y ella me había escrito, preguntándome que pasaba.

No me atrevía.

No podía.

Porque seguía queriéndola como siempre.

Julia estaba fuera, tomando el sol en la terraza.

Era a lo único que se dedicaba, a tomar el sol, quejarse y preparar la boda.

Que era en un puto mes.

Y como estábamos en vacaciones, las íbamos a pasar en Canarias, con mi familia.

Por suerte, Gavi, Pablo, Ferran y Sira iban a venir hoy, llegaban esta mañana y al menos tendría a alguien conmigo para soportar esto cuando Fer y mis padres trabajaban en el restaurante.

- ¿A qué hora llegaban tus amigos, cariño? -preguntó mi padre, mirándome con una sonrisita.

- Que sepas que estamos haciendo comida para más de veinte personas. -se rio Fer.

Me acerqué a ellos.

- No creo que tarden mucho en llegar. -comenté, colocándome al lado de mi hermano y ayudándole con las croquetas.

- ¿Julia se ha puesto al menos crema solar? lleva horas ahí. -comentó mi padre.

-  Como si se quema. -murmuró Fer por lo bajo.

- No seas así, es la prometida de tu hermano. -se quejó mi madre.

Un coche llamó nuestra atención.

- ¡Alguien viene! -gritó Julia, sabiendo de sobra que eran mis amigos.

Me limpié las manos rápidamente, les echaba de menos.

Fer y mis padres hicieron lo mismo.

Salimos al patio, por donde habían entrado.

Julia ni siquiera se levantó de la tumbona, solo se bajó un poco las gafas de sol, para ver bien.

Gavi, Pablo, Sira y Ferran entraron, con las maletas y unas sonrisas radiantes.

- Menudo calor hace aquí, tío. -comentó Gavi, abrazándome el primero.

- Ahora entiendo porque te quejas tanto siempre del frío. -apoyó Pablo y mis padres se rieron.

- Tenemos una sorpresa para ti. -comentó Sira, llamando mi atención y la de todos.

Me quedé mirándola.

Esperando que sacasen algo de las maletas.

Pero no fue eso.

Mi estómago se revolvió cuando todos se giraron hacia la puerta por la que habían entrado.

Y una cabellera rubia, y unos ojos de hielo preciosos aparecieron.

- ¿Hay sitio para alguien más? -preguntó, tímida, con las mejillas rojas.

El corazón me bombeaba tan deprisa que ni siquiera podía moverme.

¿Estaba respirando?

Se quedó en la puerta, con miedo, mirándome.

Esperando mi reacción.

No me lo podía creer.

- ¿Qué coño hace esta aquí? no está invitada a mi boda. -gruñó Julia, levantándose por fin de la maldita tumbona.

- Sí que está invitada. -gruñí de vuelta.

- ¡Chica de hielo! ¡bienvenida a casa, necesitaba refuerzos con la lagartija esta! -Fer corrió hacia Maddy y la estrechó en un abrazo tan cariñoso que no pude evitar sonreír.

Maddy soltó una risa que llenó el patio.

- Es ella, ¿verdad? -preguntó mi madre, en un susurro, para que solo yo la escuchase.

- Sí. -murmuré.

Julia se quejaba.

Y Fer cogió la maleta de Maddy y la entró, con la mano de ella entre la suya, llevándola a la habitación de invitados.

Cuando pasó por mi lado, me sonrió.

- Me alegro de verte, love. -escucharla llamarme así me hizo marearme.

Casi pierdo el equilibrio.

Entró dentro con Fer y yo me quedé en el sitio, escuchando de fondo como Julia gritaba y Sira, Gavi y Pablo le discutían, riéndose de ella.

Mi chica de hielo había vuelto.

Y esta vez, no iba a perderla.

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son dos cortitos, pero necesarios para arrancar bien esta segundaa temporadaaaaaaaaa

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Strangers +18 - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora