— Recuerdame el por que termine trayendote a esta fiesta llena de adolescentes ebrios y hormonales.
— Oh vamos! Señor Lee, debe divertirse un poco más. Aquí todos tienen su edad de seguro.
— ¿Sabes que tengo 27?
— Y yo 26, no tenemos tanta diferencia.
— La diferencia esta en la materia gris.
— ¿La que?
— Nada Nada. Bueno, ya te traje aquí. Es hora de irme.
Pero mi brazo fue retenido por el rubio que con un rostro de cachorro me pidió que me quedara con la mirada.
Me detuve a verle y soltando un suspiro cansado, observé la fiesta al aire libre que había como fondo. Un segundo plano en el que no quería meterme.Era una convención de autos y motocicletas, con bebida, música y mucha gente bailando. Era algo así como mezclar una fiesta con carreras clandestinas, si hubiese llegado hacía tres años atrás estaba siendo la estrella pero esos días habían pasado para mi.
— Por favor, Minho. Sin ti sería carne fresca.
— ¿No que solías venir a estas fiestas todos los fines de semana?
— Si bueno, pero no a esta clase de fiesta. ¿Vio lo que fueron esos hombres en el café? Aquí todo el mundo es el doble de grande que yo, realmente no se pelear.
— ¿Y tu crees que yo si?
— A usted nadie se le acerca, con ese rostro tan serio realmente seria un milagro. Da miedo hyung. Sólo cuideme la espalda.
— Me compras bebida.
— Hecho ¿Cerveza?
Negué.
— Monster, no tomo alcohol por el momento. Solo quiero un energizante.
— Trato hecho.
Así fue como terminé envuelto con mi pequeña princesa, entre varios adolescentes de mamá derrochando su dinero y sus autos caros que claramente no sabían usar. El 70% de las personas en la fiesta pensaban que correr una carrera es a 50 k/h y en una línea recta. Pero había mucho más.
Teléfonos caros, ropa de marca y miradas egocéntricas. Les faltaba aprender a ser humanos pero el signo peso les nublaba la mente.— Disculpe, ¿Es la H2R?
Aquella pregunta hizo que mi vista viajará de mi teléfono a un chico de cabello negro y pequeñas estrellas en su rostro. Aparentaba ser mucho más joven que yo y por ende, más inexperto.
Traía una chamarra negra, unos jeans del mismo color desgastados en las rodillas, unas vans y una remera lisa de color blanco. Una vestimenta clásica pero demostraba que era diferente al resto, incluso con sus modales y esos caobas que me observaron curioso e incluso ilusionado esperando mi respuesta.
Me reincorpore en la motocicleta -ya que ne encontraba recargado hacia adelanté sobre esta- y negué con rapidez.— Es una Kawasaki ninja 1000, la H2R la tengo en mi casa. Esa es de color verde brillante.
— Me gusta esta, es de color negro. Combina con su aura.
— Pues si, es linda. No es de mis favoritas pero valió lo que me salio.
— ¿Tiene varias motocicletas?
— Si, las colecciono.
— Eso quiere decir que tiene mucho dinero.
Rodeando con tranquilidad mi motocicleta, toco con suavidad esta mientras la veía con detalle hasta llegar al otro lado y volver a buscar mirada curioso.
— ¿También colecciona personas?
Mi ceño se funcionó extrañado por su pregunta.
— ¿Coleccionar personas?
— Es que tiene aura del típico chico de una noche, de seguro debe coleccionar personas. Debe ser muy solicitado.
— De hecho no.
— ¿Mm? ¿Como que no?
— Pues no, niño.
— Mi nombre es Yongbok pero puede decirme Felix.
— ¿Nombre artístico?
— No, de hecho mi nombre es Lee Felix. Nací en Australia por eso mi nombre que descompajina de todos aquí.
— ¿Y el Yongbok?
— Así me llaman aquí, es mi nombre clave. ¿Vez el rubio pálido sobre el Mustang?
A lo lejos puede apreciar a aquel chico mencionado por el ajeno y con curiosidad observé como este fumaba mientras revisaba su teléfono sentado sobre el capo de aquel auto.
Se notaba a leguas que era extranjero, eso trajo más curiosidad a mi mente.— Es mi dueño. Gracias a él salí del infierno que pasaba en mi casa.
— ¿Te adoptó?
— No, no es mi padre. Pagó por mi. Es como cuando compras una mascota, es mi dueño. Mi libertad por hacerle compañía, es como un sugar. Me compra todo lo que quiero, me cumple caprichos, me termina de criar, me alimenta, me viste y a su vez yo le quito el estrés.
— Un sirviente...
— Exacto. Y le dije a Chris que me gustaba su moto, así que vine a preguntar cuanto me la puede vender.
— No está a la venta.
Si me pagaran un dolar por cada vez que escuche eso hoy, de seguro ya me hubiese comprado varias Monsters pero no, la vida no daba limones para hacer limonada.
El de cabello negro frunció su ceño extrañado por ver que no aceptaban su capricho y así como había aparecido tan de repente, salió de escena sin decir una palabra dejándome nuevamente en soledad.La noche no podía ser más extraña por que todavía no habíamos llegado a la cuspide; eran las 11 de la noche y ya el rubio se había perdido entre la multitud de jóvenes y la música hacia que su cabeza doliera, la Monster se había acabado y solo quedaba ir a comprar otra más... pero primero se necesitaba pasar al baño. Una visita de doctor antes que la vejiga explote.
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ROAD MAN (Minsung Hyunlix)
FanficLee Minho, un chico de unos 27 años. Adicto a la vista de la noche estrellada, a la carretera solitaria y al energizante. Un aventurero sin palabras, un reprimido sin amor ¿Que ocurrirá cuando se tope con tres chicos con la idea de ganarle en una ca...