Una señora demonio posesiva

Mi primera

Respira hondo, era inevitable, en algún momento tendría que hacer esto. Incluso, odiando algo que le recordaba tanto a su antigua vida.

Hizuku: no hay manera. Tendré que irme, por una chamba. Es extraño, siento como si el tiempo se hubiera... detenido, como si un autor hubiera dejado de escribir.

Tenía las manos en las caderas mientras decía esto y asintió ante sus palabras. Frente a él, encontró a Hakurou con una taza de té. Ese viejo oni lo estaba observando y siguiéndolo después del almuerzo.

Hakurou: ¿Chamba? ¿Te refieres al trabajo? No esperaba que buscaras esto ahora, ¿hay alguna razón? - El anciano sabía que Rimuru no se negaría a prestarle... siendo cierto, ella no se negaría a darle dinero. Entonces, era extraño que Hizuku quisiera un trabajo.

Hizuku: mira, eso sería genial, Rimuru-chan es una chica muy amigable. Pero, no es bueno depender del dinero de otras personas, necesito comprar mis propias cosas.-le explicó a Hakurou quien asintió de acuerdo con las palabras del joven.

Hakurou: tienes razón. Pero, ¿tienes alguna idea de dónde te gustaría trabajar? Tenemos vacantes para soldados en Tempest, y estoy seguro de que os serán de gran utilidad.

Mientras decía esto, el anciano se llevó la taza de té a la boca y saboreó la miel y el limón en el té.

Hizuku: pero entonces tendría que vivir aquí, y sin querer ser grosero, siento que alguien me observa todo el tiempo.

Hakurou: ho, debe ser Benimaru. Él todavía piensa que tú.... Mataste a esa chica.- ante esta respuesta, Hizuku pone una cara más seria antes de mirar hacia un lado. A través de la ventana del lugar pudo ver el restaurante donde cenó, antes de que ocurriera ese triste suceso. Ese duende, se veía tan genial, claro, tenía una familia llorando por ella.

Hizuku: *suspiro* eso es una idiotez, no mataría a alguien que me diera comida.-dijo con los brazos cruzados y viéndose incómodo.

Hakuro: está bien, está bien. ¿Pero dónde planeas trabajar? Al escuchar esto, Hizuku gira los hombros.

En su antigua vida, trabajó como reponedor de supermercado cuando cumplió 18 años, luego como dependiente de una tienda y luego se puso a trabajar con ordenadores, donde ganaba más dinero. Pero, en este mundo, no debería haber avances tecnológicos a ese nivel.

Hizuku: mi primera Chamba!... Oye, ¿hay algún gremio de aventureros por aquí?.-en respuesta, Hakurou asintió, eso era genial, viviendo en un mundo isekai era obligatorio unirse a un gremio de aventureros.

Hakurou: pero hacen muchas misiones fuera de sus hogares. No sé si Rimuru querría que te fueras de aquí.

Hizuku: ¡wow! Qué linda chica, pero necesito algo de trabajo. Ella lo entenderá, no le pertenezco, je je.

Hakurou: je je... je... su mirada se desvió hacia un lado, no hacia un punto concreto, simplemente miró hacia otro lado pensativo. Hakurou había vivido mucho tiempo, y podía reconocer un poco de lo que Rimuru podía sentir, un lindo sentimiento que esperaba que Hizuku notara pronto y que Rimuru aceptara y expresara.

Hizuku: Bueno, si el gremio de aventureros no me deja unirme, puedo dibujar y crear manga. Dudo que el glorioso Dragon Ball exista aquí... Dragón... Ball...- mientras dice ese nombre, parpadea un poco y respira hondo. Hakurou lo mira confundido, viendo como los ojos de Hizuku se aclaran al decir el nombre de esta obra.

Hakurou: ¿Hay algún problema? ¿Es esta Bola de Dragón algo malo para ti?

Hizuku: ... *respira profundamente* no. Dragon Ball ha sido el mejor... de la historia. Una leyenda escrita por otra leyenda.