Rubius al ser rechazado por Vegetta regresa a su casa llorando, al escuchar un ruido proveniente del ático decide averiguar que es. Encuentra un collar con un cuarzo de color azul con detalles celestes brillando, decide ponérselo... Sin sabes que gr...
Un castaño abría los ojos poco a poco, pudo distinguir un poco más el lugar en dónde estaba, se encontraba acostado en el sofá, su cabeza recostada por una almohada que se encontraba apoyada sobre el respaldero del sofá. Y una manta cubriendolo.
Se frotó los ojos para levantarse un poco. Un olor que provenía de la cocina lo había despertado. Soltó un gran bostezo para levantarse, aún seguía en pijama.
Se adentro a la cocina para ver a su madre de espaldas tarareando. La mujer se giró para ver al castaño, esbozó una sonrisa.
—Ya era hora de que despertarás, Rubén son las 10 a.m, anda, que faltaste otro día a clases—Rubius abrió los ojos como platos, seguía procesando dónde estaba y quien era.
—Mami, tú sabes que te quiero mu-
—No vas a volver a faltar más Rubén, faltaste el viernes y hoy. La maestra me llamo para preguntarme porque andabas faltando... Le dije que estabas enfermo y que irías mañana—Dejó el tazón que tenía en manos sobre la mesa para cruzar sus brazos y mirar seriamente a su hijo.
El castaño desvío su mirada, fijó su vista en sus pies que llevaban puesto unas medias negras. Ahora recordaba que estaba en pijama.
—Iré a cambiarme—Solo respondió para darse la vuelta y ir lentamente hasta su cuarto.
—Creo que te alegrará ver quién está ahí~
El castaño no oyó muy bien lo que decía. Así que no le dio importancia.
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Abrió la puerta de su habitación para quedar boquiabierto al ver quién estaba viendo la tele.
—¡Hello! ¿Que no vas a saludar?—Quedó más sorprendido por su voz tan alegre. Ya que cuando lo conoció está era algo cortante. Se fijó que su cicatriz había desaparecido. Y estaba usando su ropa.
—¿Quackity tu que haces aquí cabrón?—Preguntó susurrando cerrando la puerta detrás de él.
—No sé, aparecí otra vez. Ni tengo idea del porqué. Pero hey, estoy aquí...—Respondió sonriéndole al castaño—Tú mamá me cae muy bien—Mencionó.
« No puedo creer que hayas logrado tener control de mi cuerpo cabrón » Tú cállate, que te estás ablandando y pronto solo yo voy a existir; Pensó el pelinegro mirando aún al otro.
—Okey... ¿Al menos podrías irte para que me cambie?
—Mmh... Nop
Este será un día largo... Muy pero muy largo; Pensó Rubius yéndose hacía su armario para sacar alguna prenda y irse a cambiar a la habitación de sus padres.
Luego de haberse cambiado fue hasta su habitación. Vió a Quackity sentado en la silla junto a su escritorio, así que aprovecho para lanzarse a su cama y quedar boca abajo, dejando su rostro contra la almohada.
