Primeros días

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Llegó a casa con los labios temblorosos, ahogando gritos, llenando el lavabo de agua y metiendo la cabeza ahí intentando gritar, saliendo de inmediato tosiendo, escupiendo agua. Llorando en la cocina, traicionada y desilusionada, procesaba sus sentimientos por unos minutos, y agarro la toalla que colgaba de la estufa, llegó a su habitación, tirando todo tipo de regalo que le recordara a Delta, el maquillaje, la ropa, los zapatos, los accesorios, muchas cremas, perfumes.

Aún podía reconocerse en el espejo, aún estaba ahí esa Sarada que aceptaba la traición y no ser parte dé, pero temía por ella, porque desapareciera.

Escuchó las alarmas de la policía y se asomó a la ventana, hace tiempo no veía las calles como eran, parecía que este lado de la ciudad había perdido el color, no eran en tonalidades cálidas como la otra parte de la ciudad donde solía pasar su tiempo, ahí estaban los gatos peleándose por la basura, reconoció el sonido de los perros de sus vecinos ladrando por los gatos, las sirenas de las patrullas, el tren, el movimiento del subterráneo. ¿Por qué pensó que podía salir de ahí? ¿Por qué pensó que podía tener una mejor vida? ¿Por qué se atrevió a hacerlo? Ahora solo le quedaba la dura realidad que le decía que no era capaz de conseguir aquello que deseaba, una mejor vida.

—Pensé que no llegarías—Le dijo su madre, adormilada de camino al baño

—¿Cuándo llegaste a vivir aquí, tenías la esperanza de irte pronto?

—Aún la tengo—Le dijo—¿Por qué estamos con preguntas existenciales a estas horas?—Le dijo su madre, entrando a la habitación

—Es que hay días que estoy tan cansada de escuchar el tren o sentir el subterráneo...y el otro lado de la ciudad es tan silencioso, tan cálido

—¿Fuiste al lado turístico?

—últimamente he estado pasando tiempo allá—Mencionaba sin mirar a su madre—estamos en una misma ciudad, y parece ser tan distinto para cada persona

—Lo es, estar de este lado no es nada fácil, parecen los juegos del hambre—Dijo con burla, aunque sabía que era real—Sakura suspiro—No te voy a quitar esa esperanza de la UCK, porque creo que podemos lograrlo y si piensas que ese será un cambio para nuestra situación, confiaré en que lo sea, eres capaz de hacer grandes cosas—Se acerco a ella, acariciando su cabeza y dándole un beso—Yo creo en ti, y en lo que puedes hacer, así que descansa ya

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¿Cómo te recuperas después de que pierdes una amiga?

—¡Esa Delta sí que es una desgraciada!—Decían, sentándose en la banqueta, compartiendo una bolsa de chetos y añadiéndole crema y salsa

—Ya no importa—Decía haciéndose la fuerte, aparentando que no le dolía la perdida

—pásele, pásele, todo original, poco uso—Mencionaba Chöu gritando, invitando a la gente a pasar

Había decidido que no podían tirar todo aquello que Delta le obsequió a Sarada, tenían que hacer algo, y lo único que les interesaba era el dinero.

—Tengan mijas para que no les cale el sol—Les decían los vecinos, ayudándoles a poner una lona sobre sus cabezas, estaban tiradas en la banqueta, con todas las cosas encima de una manta tirada en la calle, ellas agradecieron el gesto invitándoles el desayuno cuando paso la que vendía hot dogs.

—¿Y ahora? ¿Qué harás?

—Lo mismo que hacía antes de conocerla, trabajar, sin que me estés cubriendo todo el tiempo, necesitamos conseguir esas colegiaturas, necesitamos salir de aquí

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