°PROFECÍA° (Sukuna Ryomen × Lectora) en pausa.

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-Sukuna-sama-

T/n:

Abrí los ojos, no tenía idea de donde estaba ahora mismo, y tampoco el porqué, parecía un hospital. Creo que lo era. Pero estaba consciente de que me había desmayado cuando tuve contacto con Yuuji.

Me levanté de la camilla y vi a un hombre sentado que se apresuró a hablarme y acercarse.

— ¿Te sientes bien? - la ronca voz del chico se escuchó, se podía notar algo de preocupación en su rostro.

— Sí, lo estoy. ¿Qué sucedió Megumi-kun? - pregunté con curiosidad, tal vez solo había sido un sueño lo que pasó antes.

— Te desmayaste, Itadori-San y yo te trajimos, Satoru sensei salió de viaje, ahora no está aquí. Y te hicieron unos estudios para saber el motivo del desmayo, aunque el doctor mencionó que puede ser por cansancio. - se mantenía serio.

— Oh... - En ese momento recordé la voz que sonó en mi mente antes del desmayo y el horrible dolor de cabeza, pero por alguna razón no quise decirlo. Sí, he estado algo cansada últimamente, seguro sea eso. - hablé con una sonrisa.

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Ya habían pasado un par de días desde ese incidente, a veces escuchaba aquella voz llamandome por mi nombre, normalmente era cuando estaba cerca de Itadori. Me había puesto a investigar sobre esa voz, pero no encontré nada. Mi hermano ya estaba de nuevo en el colegio.

Me encontraba pensando si hablarle de lo sucedido a mi hermano, él era un gran hechicero, tal vez pueda saber algo.

De pronto un golpe leve en mi puerta me sacó de mis pensamientos, me apresuré a abrir.

— Mi querida T/n. - él dio un paso hacia adelante y me atrapó entre sus brazos con un abrazo.

— Hermano.. déjame tomar un poco de aire. - Hablé con dificultades y Satoru me soltó, mantenía una sonrisa en su rostro, después de todo así era mi querido hermano mayor.

Después de esto, lo invite a pasar en mi habitación y nos sentamos en un pequeño sillón que tenía, adecuado para que dos personas pudieran sentarse cómodamente.

— Me enteré que te desmayaste, estoy preocupado y vine a verte. - su semblante había cambiado a uno serio, si que estaba preocupado.

— Ah.. sobre eso.. - Agache la cabeza. Tal vez me llames loca, pero... - comenzaba a jugar con los dedos de mis manos, nerviosa por lo que diría.  Escuchó una voz. - Él tenía la intención de hablar, pero yo lo impedí. Ya sé que suena loco, pero créeme, no te estoy mintiendo, lo último que recuerdo antes de desmayarme es que una voz que parecía ser de un hombre me llamó por mi nombre y después todo se torno negro. Desde aquel día lo he escuchado con frecuencia, lo único que dice es mi nombre... Y es la primera vez que se lo cuento a alguien más, nadie lo sabe, ni siquiera Megumi-kun. - La razón de el porque no mencioné como era aquel hombre, es porque no lo recordaba del todo.

Satoru estaba serio y yo me encontraba aún con la cabeza agachada, el silencio reinaba entre nosotros, hasta que él se decidió a hablar.

— Debo irme. - hablo sereno y se levantó de golpe, su actitud me sorprendió.  Todo estará bien, pequeña. - sobó mi cabeza con una de sus manos, lo que provocó que lo mirara y él me regaló una sonrisa, la cual siempre me calmaba y me decía "todo va a pasar".