Reencarnando en Draco Malfoy

Capitulo 1

El joven abrió los ojos y se encontró en una cama de dosel en una habitación lujosa y bien decorada. Se sintió confundido y aturdido, sin poder reconocer su entorno.

Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en la mansión de los Malfoy.

Entonces, la realidad lo golpeó con fuerza: había reencarnado en el cuerpo de Draco Malfoy.

"¡Draco, querido, estás despierto!"exclamó Narcissa Malfoy, la madre de Draco, al ver que su hijo abría los ojos.

"¿Draco?"murmuró el joven, todavía tratando de asimilar su nueva identidad.

"Sí, cariño. ¿Cómo te sientes?"preguntó Lucius Malfoy, el padre de Draco, con una expresión preocupada en su rostro.

El joven notó que estaba en una habitación oscura, con cortinas cerradas y la luz suave de las velas.

Se tocó la cabeza y sintió un leve dolor punzante. Recordó que había sufrido un accidente, pero no tenía claro cómo había llegado allí ni qué había sucedido exactamente.

"Me duele un poco la cabeza"respondió.

Narcissa y Lucius se mostraron aliviados de que su hijo estuviera despierto y hablando.

Lo rodearon con muestras de cariño y preocupación, y le preguntaron sobre lo que recordaba del accidente.

El joven respondió con sinceridad, expresando su confusión y falta de memoria.

A lo largo del día, el joven notó que sus padres lo veían de manera diferente.

No esperaban que se comportara de una manera específica, sino que simplemente estaban preocupados por su bienestar.

Aunque el joven se esforzó por adaptarse a su nueva vida como Draco Malfoy, se sentía cada vez más confundido. No sabía cómo manejar su nueva identidad y se cuestionaba quién era realmente.

A medida que pasaban los días, el joven se encontraba con situaciones familiares en la mansión de los Malfoy, pero no sabía cómo actuar.

No quería imitar a Draco Malfoy, ya que no se sentía cómodo con la arrogancia y prepotencia que el verdadero Draco solía mostrar hacia los nacidos de muggles y otros magos considerados inferiores.

El joven se sentía más reservado y tímido, y no compartía las mismas creencias y actitudes que Draco.

A pesar de sus diferencias con Draco Malfoy, el joven trató de ocultar sus inseguridades y confusión.

Las semanas pasaron y el joven continuó su vida en la mansión de los Malfoy.

Aunque seguía confundido y desorientado, se dio cuenta de que Draco Malfoy tenía una vida privilegiada y llena de lujos.

Se dio cuenta de que era importante para él mantener las apariencias y no levantar sospechas entre los Malfoy.

Sabía que cualquier cambio brusco en su comportamiento podría generar dudas y preguntas entre sus padres.

Narcissa y Lucius, por su parte, continuaban preocupados por el cambio en el comportamiento de su hijo.

Notaban que parecía más reservado y distante, se cuestionaban si su accidente había tenido algún efecto en su personalidad. Aunque no hablaban abiertamente de sus dudas delante de él, podía sentir sus preocupaciones y confusión.

Una noche, mientras estaba en su habitación, el joven se miró al espejo y se cuestionó quién era realmente.

No se reconocía en el reflejo de Draco Malfoy. Se sentía atrapado en un cuerpo y una vida que no eran suyos, anhelaba regresar a su antigua vida. Sin embargo, sabía que eso no era posible y que debía encontrar una manera de enfrentar su nueva realidad.

Al día siguiente, durante el desayuno, Lucius mencionó que habían recibido una invitación para un evento social importante en el mundo de la magia.

Narcissa y Lucius asumieron que su hijo estaría emocionado por asistir y socializar con otros miembros de la alta sociedad mágica. Sin embargo, el joven no mostró entusiasmo y, en cambio, expresó su deseo de quedarse en la mansión.

"Padre, madre, no me siento bien....preferiría descansar en casa hoy" dijo el joven con sinceridad.

Narcissa y Lucius intercambiaron miradas preocupadas, pero asintieron comprensivamente. Aunque estaban decepcionados, entendieron a su hijo y accedieron a su solicitud.

Después de que sus padres se fueran, el joven se quedó solo en la mansión. Se paseó por los lujosos pasillos, pero se sentía fuera de lugar.
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El joven abandonó la biblioteca de la mansión Malfoy, sintiendo un nudo en el estómago por el temor que le causaba el mundo mágico.

Caminó por los pasillos y salió al patio trasero, observando a los elfos domésticos trabajar en los jardines.

No sentía compasión ni predisposición moralista ni justa.

Se dejó caer en un banco solitario, perdido en sus pensamientos oscuros.

El tiempo pasó sin encontrar respuestas ni una salida a su temor. Finalmente, regresó a su habitación en la mansión Malfoy, donde se encerró, sintiéndose atrapado en su propio mundo de miedo y desconfianza.

Así pasó la noche, luchando con sus temores y preocupaciones, sin encontrar respuestas.

Se sentía perdido y confundido.
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