PRÓLOGO

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Miro el techo de mi habitación y tarareo la canción que resuena en mis audífonos. Muevo mi cabeza siguiendo el ritmo de "the seed"  de Aurora y canto un poco más fuerte la parte del coro.

–Tengo rato tocando– Jora, mi hermano mayor. Me quita los audífonos de los oídos y se sienta a mi lado; lo miro con detenimiento y luego me siento en la cama para darle un abrazo.

–¿Todo salió bien?– pregunto con algo de nerviosismo.

–Mejor que bien, mi bonita– sonrió y me acerco para envolverlo en un abrazo efusivo.

–YA skuchal po tebe– susurro en nuestro idioma natal y lo siento sonreír.

–YA skuchal po tebe gorazdo bol'she– dice en el mismo tono antes de separarse un poco – ¿Ya pensaste que quieres para tu cumpleaños?– pregunta y yo sonrío.

–Cero escoltas– Hablo en voz baja, haciéndome la inocente.

–Darya– empieza Jora y yo hago pucheros – Sabes que eso es casi imposible –

–Habla con papá, tú lo convences fácil– junto mis manos en señal de ruego y Jora suspira.

–Sabes el gran peligro al que te expondrías. ¿Por qué no pides tú celebración de dulces dieciséis? Todas las chicas piden eso– ruedo mis ojos con fastidio y el sonríe con diversión.

–Aunque no pida celebración igual la harán, ya conoces a papá –

–Entonces, sin escoltas. Pueda que convenza al pakhan, de dejar a su hija de casi dieciséis años desprotegida luego de que ya la hayan intentado asesinar un par de veces; suena fácil– dice con sarcasmo y yo lo miro desesperanzada.

–Si lo pones así, suena muy feo– vuelvo a hacer puchero y el me da un toquesito en la frente.

–Suena cómo lo que es, Darya. Pero podemos hacer un trato – propone con una mano en la barbilla–

–A ver, suelta la sopa– froto mis manos con emoción y Jora me mira con picardía.

–Me dirás quién es ese chico que tanto te gusta– Abro mucho los ojos y me sonrojo al verme descubierta, Jora suelta una carcajada y carraspea para hablar en lo que supongo; es un intento de imitar mi voz – Es que, el me encanta. Cori; estoy segura que me pedirá ser su novia– dice en una pésima imitación y pestañea varias veces intentando parecer niña.

Busco la almohada más cercana y se la lanzo, pero el muy desgraciado la atrapa a tiempo y yo gruño en voz baja.

–No te diré quién es, le dirás a papá y el lo espantará– me cruzo de brazos y Jora se levanta de la cama y vuelve a hablar.

–¿Es mayor de edad?– pregunta curioso.

–No– niego con la cabeza – Tiene diecisiete, pero no estoy segura de que sea el correcto – el asiente convencido y me pasa una mano por el cabello.

–Entonces papá no lo espantará– habla convencido – Siempre ha querido que tengamos nuestra historia de amor, ya sabes...

–Cómo la de él y mamá– le corto con algo de melancolía.

–Pero sin el final– sonríe con un poco de tristeza y se acerca a la salida – Ponte linda para más tarde, papá dijo que saldremos a comer– y con eso, sale de la habitación.

Mi historia de amor– digo en voz baja, nuevamente mirando al techo – ¿Será eso posible?–

Averigüemoslo...

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