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Hanbin sabía que lo que sentía, era más que una estupidez sin sentido, pero aún así se le hacía muy difícil reprimirlo.

Ver a Zhanghao tan feliz, tan apegado, tan malditamente cariñoso con ese trozo de tela que ni siquiera era demasiado grande, irritaba todos sus sentidos. Y más le irritaba saber que era una bobada.

¿Quién sería capaz de ponerse celoso o celosa por un pingüino de peluche?

Sung Hanbin, esa podía ser la respuesta más acertada en ese momento.

Incluso sus amigos, que la apoyaban en todo y siempre comprendían sus problemas por más difíciles que fuesen, le habían dicho que todos esos sentimientos de rencor hacia un simple trozo de felpa eran más que una ridiculez.

Y es que con solo mencionarlo sonaba extraño, inclusive lo consideraba anormal, pero demonios, era muy difícil ignorar ello.

- ¿Celoso por un peluche? No seas ridículo, Hanbin.

- Ayúdame.

- Eso ya es trastorno mental.

- ¡No lo agarres para chiste! - Jiwoong suspiró en dirección suya.

Había estado sentada frente a Hanbin todo el santo día, escuchando sus contradicciones y quejas hacia esa maldita cosa sin vida que Zhanghao abraza para dormir.

Tan ridículo, pensaba Jiwoong.

- Es que no sé cómo definir eso. ¿Por qué estarías celoso de algo que ni vida tiene?

- Por eso quiero ayuda, ¿tú qué crees que debería de hacer? Considero deshacerme de eso mañana.

- Solo lograrías una cosa con eso. -apuntó. - Hacer que Hao se sienta triste, y tú no quieres eso, ¿verdad?

No engañaba a nadie, una de las cosas que más odiaba era ver a Zhanghao triste, ya fuera por la razón que fuera. Y detestaba más si estaba triste por su propia culpa, Hanbin sabía perfectamente eso.

- No, no quiero eso.

Jiwoong asintió con una sonrisa falsa. - Entonces déjame tomarme mi té tranquilo y recapacitas de que esa cosa de peluche, mira que ni vida ni sentimientos tiene. ¿Qué podría provocar en Zhanghao?

Oh sabía muy bien que podía provocar en Zhanghao un simple trozo de felpa.

Lo que Hanbin, aún seguía en el segundo plano.

- ¿Quieres más café?

El de cabello negro miró su taza semi vacía. Por supuesto que quería más café, era lo único que la mantenía desocupado de esos pensamientos tan estúpidos.

- Dame todo el café que tengas.

Jiwoong soltó una risa, acercándose para tomar la taza color rojo de Hanbin.

- Te lo daría, pero no quiero que mueras por tomar tanto café.

- ¡Solo quiero olvidarme de ese peluche! -exclamó frustrada, dejando que su cuerpo cayera con fuerza en la mesa y fingió un falso llanto.

El mayor ignoró su sufrimiento tan extrañamente real, dirigiéndose a la cocina para volver a prepararle café al menor. La única condición era que le echaría un poco de leche, Hanbin llevaba consumiendo alrededor de dos tazas de café y no dejaría que esa fuese la tercera. Al menos no con solo café.

- Mira que unos sufren porque sus parejas terminaron con ellos, por infidelidad o por no ser correspondidos, y ésta imbécil sufriendo porque el chico que le gusta esta aferrada a una cosa sin vida. -suspiró para sí mismo. - No quiero ni verlo cuando tenga treinta años.

Por mientras, Hanbin lloraba falsamente sobre la mesa de Jiwoong.






































hola me presento, soy nana y voy a empezar a publicar adaptaciones e historias mías del haobin/binhao, espero que les gusten <3

빈늘 &quot;penguin teddy&quot; - haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora