Las nubes oscuras se asoman en el horizonte y anuncian que en cualquier momento comenzará a llover. Sin embargo, eso no me parece un impedimento para estar sentada en la banqueta del parque leyendo "Cómo los gatos hacen antes de morir", un excelente libro que me tiene enganchada. Voy por el capítulo 22 y estoy ansiosa por saber cómo termina. Mientras estaba inmersa en la lectura, percibí cómo una mano delicada se posaba sobre mi hombro, lo que me hizo apartar la vista del texto impreso en el papel. Al sentir el contacto, giré la cabeza y descubrí que se trataba de un joven extremadamente atractivo. Su cabello era de un tono rubio, tan intenso que parecía estar compuesto por hebras de oro. Además, poseía unos rizos que le otorgaban un aspecto aún más encantador. Sus ojos, de un azul claro y brillante, resultaban hipnotizantes, mientras que su piel presentaba un tono rosado muy suave. Él intentaba hablarme, yo no lo percibía debido a que tenía los audífonos puestos. Después de un tiempo, noté que estaba tratando de comunicarse conmigo y, por lo tanto, me los quité.
-Disculpa que me haya acercado a ti de manera tan brusca y haya tocado tu hombro mientras leías, es que no pude evitar tener curiosidad por saber de qué trataba el libro que leías -.
Lo miro incrédula al respecto de lo que dice, los hombres no suelen acercarse a hablarte así de la nada, al menos que sea para molestarte con sus piropos que son tan malos como su aspecto.
-La madre del Protagonista murió y él se tiene qué mudar. Todo lo que él conocía desapareció. Ahora él tiene que lidiar con la tristeza de haber perdido a su madre, con un par de precoces y con una mujer alcohólica-. Le dije con seriedad en mi rostro.- Si eso era por lo que te habías acercado, ya puedes irte por donde viniste-.
No porque fuera guapo podría andar molestando a las personas como si nada.
Me mira y responde - Esa era una de las razones por las cual me había acercado, pero también porque me pareciste linda y me gustaría tener una charla contigo-.
Lo sabía, tenía que ser un hombre, si no hubiera sido por qué le parecí linda no se hubiera acercado a intentar entablar una conversación conmigo.
- La verdad es que valoro mi compañía y me encuentro mejor estando sola, no estoy interesada en hablar con nadie, estaba bien hace unos minutos disfrutando de mi lectura hasta que llegaste a interrumpir-. Le digo de la manera más fría y con el rostro más serio que podría tener intentando que se fuera de una vez y me dejara seguir con mi lectura.
-Lo siento, no quería molestarte, es que me pareciste linda e interesante, entonces pensé que preguntando sobre eso no te parecería molesto, solo quería hablar contigo, no quería generarte ninguna molestia e incomodidad- dice con una sonrisa en su rostro.
Lo miré durante unos segundos y decidí dejar de estar un poco a la defensiva, tal vez decía la verdad y solo quería hablar conmigo y nada más.
- Está bien, puedes quedarte, pero a la primera que digas algo fuera de lugar, yo misma te levanto y te mando por donde viniste de una patada, queda claro?- le digo mientras le apunto con mi dedo índice.
-Tranquila, quedo claro y te voy a demostrar que no te equivocaste al permitir que me quede aquí contigo, por cierto, como te llamas?-.
- Espero que no me haya equivocado, mi nombre es Rachel le digo mientras estrecho mi mano- él imita mi acto y sonríe.
- El gusto es mío Rachel, me llamo Dylan y fue muy entretenido hablar contigo, pero se me hace tarde para la conferencia de trabajo-. No pude evitar quedar confundida al escucharlo, había perdido la mitad del tiempo escuchando mis advertencias para irse tan rápido. Él me miró con una sonrisa en su rostro y estrecho su mano.
- Hasta luego Rachel, fue un gusto, pero ya llevo demorado unos cuantos minutos -. Lo miré, seguía atónita al respecto, estreche mi mano tomando la de él para despedirme.
- Espera, te invito a un café de disculpas por haber sido tan fría al hablarte- me mira con una sonrisa en su rostro.
- Mañana a las 15:30 PM te espero aquí-. Se gira y se mete en el camino perdiéndose entre las personas, minutos después comienza a llover.
- Oh, mierda, dije que no caería más en los juegos de un hombre y acabo de invitar un café a uno, pero en mi defensa él me recordó a uno de los personajes de un libro, ahora sé que fingir ser la chica fría, no funcionó-. Me levanté de la banqueta, guarde mi libro y empecé a correr rumbo a casa, no quería que se mojasen mis libros.
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Una Difícil Decisión
RomanceRachel, una lectora un día de su vida, mientras bebe cafe y lee un libro en el parque habla con una persona y eso provoca que ella termine teniendo una historia de amor bastante particular, quien diría que una simple conversación hará que tenga que...