Beautiful Boy 🕷️🐻

Y ahí se encontraba una vez más Roier, mirando de forma distraída a Spreen, mientras el ya mencionado dibujaba y mojaba sus labios suavemente con su lengua.
Roier solo mordia el lápiz que tenía entre sus dedos, lo mataba la forma en la que el pelinegro se concentraba y parecía más serio, lo hacía ver mucho más atractivo, más de lo normal, estaba sumido en sus pensamientos,aunque lo único que estaba en su mente era  lo perfecto que el pelinegro se veía hasta que sintió como jalaban con fuerza su brazo haciendo que regrese rápidamente a la realidad, giro un poco para poder ver a su compañero y amigo Missa, que lo veía con una sonrisa burlona.

—¿Sabes? Si te acercas con una cámara y te paras frente a él sería menos obvio el acoso.—

El castaño solo sintió sus mejillas arder ante el comentario pues su amigo sabía de su gusto por el híbrido de oso y era aún más la vergüenza sabiendo que Missa también era amigo de su amor no correspondido.

—¿Es demasiado obvio verdad? Te juro que intento que no sea así pero es que solo míralo.— aquello lo dijo soltando un pesado y largo suspiro al mismo tiempo que dejaba caer el lápiz sobre la mesa.

Mientras tanto Spreen al otro lado de la cafetería seguía haciendo algo en su libreta con mucha concentración mientras daba pequeñas mordidas a su barra de chocolate, realmente estaba tan concentrado que no le daba importancia a lo que pasaba a su alrededor, aunque siendo Spreen, eso no es nada nuevo.

Regresando con Roier se sentía frustrado, había sido directo muchas veces, le coqueteaba, se lo dijo de frente y la respuesta siempre fue la misma, un rotundo, pesado y doloroso "No" las primeras veces no quiso darse por vencido, penso que el pelinegro solo estaba haciéndose el difícil y que realmente lograría gustarle si no se rendía, pero después de la tercera vez que se confesó y fue nuevamente rechazado, estaba comenzando a resignarse, ya solo le quedaba respetar aquella decisión y seguir admirando al pelinegro desde lejos, con el corazón un poco roto.

Mientras Roier se había vuelto a sumir en sus pensamientos, viendo a su enamorado desde lejos, Missa solo tenía una pequeña sonrisa en sus labios y negaba lentamente mientras se decía así mismo un "Si el supiera".

-Deja de verlo creeme, terminará dándose cuenta y te pondrás más nervioso...por ahora préstame atención, tenemos que entregar el trabajo de geografía, así que estaba pensando en ir a tu casa está tarde — Missa comenzó a explicarle mientras anotaba un par de cosas en una libreta y Roier bajaba la mirada tratando de poner atención a los garabatos que escribía, aunque su mente seguía en otro lado o mejor dicho con otra persona.

Y cuando por fin había logrado concentrarse un poco, sintió ese aroma tan conocido para él...menta, un suspiro inevitable escapó de sus labios al saber quién se sentaba a su lado, desvió la vista encontrándose con el híbrido de oso mientras acomodaba sus gafas negras, una pequeña sonrisa se formó en sus labios y un ligero sonrojo se apoderó de sus mejillas, se sentía tonto, profundamente enamorado de aquel chico malhumorado con cara de pocos amigos.

-Hola pa' ¿Qué hacen por acá?  Pensé que su descanso era más tarde. —Roier solo veía esos labios rosas moverse pero ni siquiera sabía que había dicho, solo escucho a Missa responder.

-Hola viejo, solo le digo a Roier que tenemos que hacer el proyecto en su casa ya que la mía es un completo desorden ¿si vienes verdad?.-

El ojimorado asintió con una media sonrisa en sus labios y se levantó tomando su mochila junto con la libreta que resguardaba celosamente bajo su brazo.

—Vamos de una, ya solo nos queda una clase y la verdad no quiero entrar, además si nos vamos de una vez tendremos más tiempo para el trabajo.—

El castaño solo sentía su corazón latir con fuerza con cada palabra que el híbrido decía, se levantó junto con su otro compañero tomando su bandeja ya sin comida y acomodo su mochila en su hombro, mientras caminaban para dejar las bandejas en su lugar Roier presto más atención a la libreta de Spreen y por un momento paso por su mente la pregunta..¿Será que escribía algo para alguien? siendo sinceros de solo imaginar que su crush sintiera algo por alguien que no era el.

El simple hecho de pensar que pudiera ser así le hacía sentir celos aunque también curiosidad, no lo notó, pero de manera inconsciente trato de acercar sus dedos al cuaderno desde atrás pero no contaba con que enseguida el híbrido frenaría en seco y lo voltearía  a ver elevando una de sus cejas cuestionado sus acciones.

—¿Que pasa Spreen? ¿Son notas importantes acaso? —solto una risita tratando de disimular los nervios que estaba sintiendo, después de unos segundos que le parecieron eternos, siguió  caminando queriendo evadir el pequeño momento incómodo.—

- Son cosas privadas, no te quieras hacer el piola maestro, si tocas este cuaderno te quedás sin la mano. —Roier al oírlo solo pudo sentir esos tontos celos injustificados correr por su pecho de nuevo, atravesó la salida mientras metía sus manos en las bolsas de su sudadera roja y se encogió de hombros.-

—Solo era curiosidad, estabas muy concentrado, muy tranquilo pero bueno, anda que si terminamos rápido podemos jugar a algo el resto de la tarde.-

Después de decir aquello el castaño empujó al híbrido de forma amistosa lo cual causo que una pequeña risita saliera de entre sus labios, ambos siguieron caminando y haciendo bromas tontas en el trayecto,  sin recordar la presencia de Missa, que estaba a unos pasos detrás de ellos dos observando la escena, el sabía mucho, sabía de los sentimientos del castaño, sabía incluso del secreto que tenía spreen en las últimas hojas de la libreta.

Ese dibujo que Spreen tenía semanas haciendo, un retrato de Roier con esa misma sudadera roja y una bandana azul que mantenía su cabello en orden, Missa sabía que ambos estaban enamorados pero que el pelinegro era demasiado orgulloso para admitir que en las clases observa en silencio a Roier, que cada vez que confesó sus sentimientos el oso quería decir "Si" pero no sabía cómo actuar, cómo reaccionar o que decir puesto a qué eso era nuevo para él, solo Missa lo sabía y así sería por un tiempo más al final solo le quedaba observar como ambos chicos se daban miradas poco discretas disfrazadas de chistes malos entre amigos, pero ya veremos por cuanto tiempo más siguen así  solo amigos.