Darya deseaba que nadie más en el mundo tuviese que pasar por la sensación que ella tenía. Haber arrancado los recuerdos de su padre había sido extremadamente doloroso, sobre todo cuando Chiemi empezó a recorrer cada lugar de su habitación, quemando todo lo que pudiera significar un indicio de que ella había vivido en esa casa.
Ella se quedó quieta, de pie e inmóvil, mientras observaba a Chiemi moverse por la habitación, comprobando que cada rastro de Darya había desaparecido del todo, como si no hubiese existido nunca. Mientras ella lo hacía, Darya recordaba que había sido ella quien había arrancado los recuerdos de los padres de Ámbar antes, y sabía que este era su karma.
Una vez que Chiemi se aseguró de que todo estaba en orden, ambas tomaron el mismo camino de regreso en silencio, tras haber completado el encargo. No fue hasta que llegaron a la plaza que Chiemi volvió a dirigirle la palabra a Darya, esta vez con la misma actitud «amistosa» que había adoptado al inicio, mientras aún había personas observándola.
—Me alegra mucho saber dónde está tu lealtad —le dijo Chiemi, tomándola de las manos y haciéndola dirigir su mirada hacia ella—. Estás haciendo un muy buen trabajo como limpiadora. Estás aprobada, espero que sigas así. Ahora sí, ¡qué descanses!
Dicho eso, se marchó. Y Darya pudo sentir cómo liberaba pequeñas lágrimas, que salían de sus ojos lentamente, mientras se dirigía a casa de Maia y Zack. Durante muchos años, Darya reprimió el impulso de llorar por el dolor que le causaban sus propias lágrimas al contacto con su piel. Y ahora que el agua no le hacía daño, había momentos en que no podía evitar llorar por todas esas veces que no había llorado antes.
Al llegar a casa, encontró a Maia sentada en el sillón, hablando animadamente con Zack, quien volteó a saludar a Darya, haciendo que Maia también volteara a verla y la saludara. Maia se veía de muy buen humor, y Darya esperaba que significara que tenía buenas noticias.
Darya asumió que Zack le había informado a Maia sobre su encuentro con Chiemi, lo que la llevó a suponer que la razón de la felicidad de Maia tenía que ver con su reunión con los Grays. Porque dudaba que le emocionara saber que Darya había sido obligada a borrar los recuerdos de su padre.
No podía contener la impotencia, y aunque quería mostrarse fuerte y seguir adelante, sentía cómo se ahogaba entre todo lo que estaba pasándole últimamente. Le dolía pensar en que la maldición le había arrancado de todo, desde su familia hasta el amor de Eamon. Y Darya esperaba que si Maia traía buenas noticias, eso pudiese significar la posibilidad de recuperar su vida, lo cual sería como volver el tiempo atrás y estar con su padre y Azami, que no tenía idea de dónde estaba.
Maia mantuvo una mirada comprensiva hacia Darya, transmitiendo empatía como si quisiera hacerle saber que había pasado por algo similar y que tenía solución. Al mirarla, Darya recordó que su padre le había pedido que la buscara, pero ¿para qué? Si Maia tenía algo importante que decirle, ¿por qué no lo había hecho ya?
—Dary, ¿tan mal estuvo?, ¿qué te hizo hacer Chiemi? Ven, siéntate —Zack le hizo un espacio en el sillón. Cuando Darya se sentó a su lado, sacó un pañuelo de su chaqueta y se lo pasó para que secara sus lágrimas.
Darya pensaba que ellos adivinarían que Chiemi se encargaría de tocar su fibra más sensible, su familia. Pero, al parecer, querían una confirmación. O si bien no lo sabían, Darya quería dejarlo claro. Quizás era la manera perfecta de tocar el tema de su padre en presencia de Maia.
—Me hizo borrar los recuerdos de mi padre —les contó sin más, Zack la rodeó con uno de sus brazos y volteó la mirada hacia Maia, quien entendió que era momento de hablar.
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Búscame en el agua.
FantasyMuchos sueñan con tener algún poder, y en este mundo, la naturaleza otorga dones al nacer, haciéndote capaz de controlar alguno de sus elementos. Un día, una maldición sombría cae sobre el pueblo, transformando los dones de la población en una amena...