«La adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubiesen permanecido dormidos »
Horacio.
VIKA
El tiempo se había convertido en un concepto difuso, un río que fluía sin que yo pudiera sentir su corriente. ¿Habían sido segundos, minutos u horas desde la última vez que la luz había tocado mis párpados? No podía discernir con claridad.A veces la conciencia me rozaba de manera fugaz antes de sumergirme de nuevo en el abismo. Pero algo había cambiado; el molesto bip-bip ya no martilleaba mis oídos. En su lugar, un silencio cálido me envolvía, haciéndome sentir de alguna forma tranquila.
Entonces las voces de dos hombres rompieron la calma mientras discutían con una descarada indiferencia.
—¿Crees que hay esperanza para ella, Kristoff? —dijo uno de ellos—. La veo más allá del alcance de la salvación. Yo la doy por perdida.
¿Pérdida? ¿Cómo podía decir eso cuando cada fibra de mi ser luchaba por aferrarse a la vida?
—Es difícil decirlo sin ver su rostro, sin retirar las vendas que ocultan la verdad de su estado —respondió el otro, con un tono menos pesimista—. Cuéntame, ¿qué le sucedió?
Sí, a mi también me gustaría saber.
—Un accidente automovilístico —mencionó la primera voz teñida de resignación —. Es un milagro que esta chica aún respire. Es un enigma que desafía toda lógica.
—Quizás es su destino persistir, desafiar las probabilidades —señaló el tal Kristoff, parecía contemplativo, como si considerara mi lucha una extraña cruzada.
—O tal vez le prestó dinero a alguien y se niega a morir sin que antes le paguen —bromeó el otro sujeto y una parte de mí deseó poder protestar.
¿Qué clase de médico era este?
—Basta de bromas, Owen. No es apropiado —El reproche de Kristoff fue un bálsamo, una promesa de que aún había profesionalismo en esta habitación.
—Lo siento, es solo que su resistencia me impresiona. Y del novio, ni hablar.
—Es joven, según su historial —observó Kristoff. A estas alturas podía diferenciar a cada uno por el tono de su voz.
—Una pena que esté en esta condición. Yo ya la habría desconectado —La confesión de Owen me heló la sangre.
¡Pero qué desgraciado! ¡Yo aún respiró!
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YASHCHIKAYA PANDORY© [+18]
RomanceMarcada por su pasado y conocida como una Boyevik implacable, Irina ha aprendido a luchar entre las sombras, eliminando sin piedad a aquellos que osan cruzarse en su camino de venganza. Su nombre susurra peligro, pero también una promesa de justicia...