Hola de nuevo! Es un placer tenerte por aquí. Esta vez, quería escribir un romance, y mis seguidores en Instagram me ayudaron a definir cómo sería este romance. Les di varias opciones en formato de encuesta:
En qué época se situa este romance:
- Futuro post-apocalítpico (WINNER)
- Época victoriana
- Era de los dinosaurios
- Edad Media
Dónde tendría lugar:
- En una mansión encantada
- En una carretera interminable (WINNER)
- En la luna
- En Roma
Quién será uno de los enamorados:
- Una bruja torpe
- Un árbol en otoño
- Un cuidador de zoológico (W)
- El mar
Y habría un regalo en este historia. Cuál sería:
- Un diario muy pequeño
- Paz
- Un arma súper poderosa
- Un plato de comida horrible (W)Con esas cuatro respuestas me dispuse a hacer un romance, que he titulado Matoaka. Lo tenéis a continuación, si queréis disfrutarlo en formato de vídeo, seguidme en mi Instagram (migueholguinparralo) dónde todas las semanas seguiré haciendo esta dinámica para que participéis en la creación de historias conmigo.
No os entretengo más, espero que disfrutéis de esta historia cortita que, quién sabe, podría tener continuación ;)PS: Si buscáis Matoaka en internet quizás os llevéis una grata sorpresa.
Suspendido en la atmósfera, un lazo de cemento da la vuelta al globo, como el último cinturón de vida. La superficie del planeta es inhabitable, por eso instalaron el Loop: un puñado de autopistas entrelazadas, con su dosis de neón, sus vallas publicitarias, hospitales, escuelas, oficinas, tiendas, cines...
En uno de esos edificios flotantes se muestran criaturas de épocas pasadas, de cuando la tierra era un lugar fértil. Papagayos, jirafas y tiburones. Sendas que nos descubren pelajes, colores o formas que se perdieron hace mucho.
Y dentro, un hombre monta un plato mientras consulta un libro de recetas. Es torpe pero dedicado. En su placa puede leerse: Cuidador de mamíferos – Área 071. Oculto bajo su rutinario caminar, agarra su obra y se marcha. Evita las miradas de los visitantes, fundiéndose con sombras, hasta que llega a una jaula: abre la trampilla, deposita el alimento y la cierra. Espera fuera.
Una hembra aparece al otro lado. Dos brazos y dos piernas, poco pelo. Hermosa, grácil, rara... la última de su raza.
- Puedes comer. – señala al plato y se comunica con los gestos del idioma que han creado ambos.
Ella gira la cabeza. Tiene dos grandes ojos verdes.
– Lo hice para ti. – insiste el cuidador. La criatura prueba el plato y reacciona con disgusto. – Lo siento, tenía un libro con vuestras recetas, pero aún no sé cómo...
- No hay problema. – zanja ella.
Entonces, coloca una mano en el cristal que los separa. El cuidador la imita. Sus dedos suman seis, los de ella, solo cinco.
- Esta noche. - le dice en su lengua privada. – Nos iremos.
- Juntos. – responde ella.
La había encontrado junto a un macho de la misma especie, llena de golpes. Mató al varón, pero convenció al zoo de mostrarla al público, como un recuerdo de la especie que había dominado ese planeta un día.
- Yo te puse aquí, Matoaka. – le recuerda. – Ahora tengo que sacarte.
Ella imita un abrazo y al instante tienen que separarse: una familia llega a la jaula, señalando al exótico ejemplar humano.
El cuidador vuelve por dónde vino, alejándose de su amada. 'Lo único que sé hacer es cuidar', sonríe. 'Y en medio de tanta destrucción, he encontrado a alguien a quien cuidar toda la vida'.
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Matoaka
RomanceEn el Loop, una carretera infinita que flota sobre una Tierra destruída... surge algo hermoso.