Conexión

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Inevitablemente no podía omitir el pasado...

Chocaban con cualquier objeto que se cruzará en su camino, estaban desesperados por quitarse la ropa, la arrojaban a la esquina torpemente; El choque de sus pieles provocaba que los vellos de la nuca se erizaran, durante la salida se sintió la tensión sexual que decidieron no admitir, trataban de comportarse correctamente, pero las miradas los delataban, los comentarios absurdos y las sonrisas discretas. La gente que los rodeaba capto la indirecta y decidió dejarlos, a él le tocaba cerrar la bodega, pero cuando fueron en busca de las llaves empezó la batalla por ver quien quedaba sin ropa primero.

Era un baile sin gracia, las ropas se atoraban en alguna parte del cuerpo, y tenían que aguantar las risas, el alcohol y los brownies también estaban haciendo efecto, hasta que alguien cayó al piso las risas se hicieron presentes y el momento se volvió más íntimo, esta vez se lo tomaron con calma, llenándose de besos.

Las sensaciones que obtuvo durante la conversación la llevaron a ceder ante sus deseos, él le atraía, había algo que no debía ignorar, no se reprochaba así misma por involucrarse sexualmente con alguien, no se regañaba por tocarse cuando había alcohol de por medio, ella lo quería, no se estaba sintiendo expuesta a pesar de que no traía su típico camuflaje, él la notaba como Sarada, él se divertía con lo que salía de su boca demostrándole que el ingenio en ella no se había esfumado, demostrándole que podía no ser alguien más en su piel para llamar su atención. Era la Sarada real, tal vez bajo efectos del alcohol, pero lucida para vivir el momento, era real para él, era atractiva.

El inicio

Cuando empezó la noche esperaba con ansias al chico de la fotografía, alguien de cabello negro con corte de hongo y cabello crespo, pero no había alguien en la mesa que encajara con la descripción. La química con las personas de esa mesa había sido instantánea, bromeaban, utilizaban el sarcasmo y nadie se ofendía, tampoco por usar lenguaje técnico en algunas oraciones, se sentía acogida y abierta a la conversación.

—Nietzsche se la pela a Sartre—Dijo riendo, alardeando de sus conocimientos

—Con mi Sartre bebé nadie se mete

—Entre ellos dos, prefiero a Simone—Comentó Sarada, dejando que el alcohol influenciara en los movimientos de su lengua y sus pensamientos

—¡Como hacernos ver como pendejos misóginos y androcentristas en dos segundos sin decir una mierda de que lo somos!—Dijo, aquel chico con tatuajes en el rostro y perforaciones, le llamaba la atención a Sarada, durante la conversación se mostró abierto y atento a lo que decía, entre ambos se complementaban los comentarios y después de tanto tiempo alguien la notaba, mostraba un interés genuino en lo que ella tenía que decir, sin tener que actuar en un papel que no le correspondía . Cuando se acercó a él no se esperaba una conversación académica, y se sorprendió ante eso reprendiéndose a si misma y regañándose por emitir un prejuicio, creyó que eran de aquellos tipos que solían alardear de música mientras daban cien vueltas en la misma cuadra con las motos.

—¿Sarada donde estuviste todo este tiempo?—Mencionó Buntan—Por cierto—dijo aquella rubia, acercándose más a Sarada, interrogándola—¿Sales con alguien?

—No—Dijo evadiendo la cercanía de Buntan, retrocediendo un poco

—Genial, no se supone que esta salida era para ligar—Kyohö mencionó recordándoles la importancia de no traer a flote las relaciones sentimentales ya que es un tema delicado entre ellos, habían sufrido una ruptura grupal, y había momentos incomodos entre los presentes debido a eso

—No, es solo, que no dejas de voltear a la ventana como si esperaras a alguien, digo, hay otro lugar más en nuestra mesa para algún acompañante—Alzó ambas cejas intentando que ella dijera que esperaba a alguien

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