Te prohibo sonreir

Prólogo

- ¿Cómo te gustan las mujeres?
- ¿En que sentido?

Suspire. Mire mis manos unos segundo y levanté mi mirada hacia sus ojos.

-No es difícil, sólo di " me gustan las mujeres como ella " - apunté a su mejor amiga. Era mas que obvio que algo tenian, además de amistad.
- Es el peor ejemplo- rió- es mi mejor amiga, mas allá de la cara no le veré.
- Pero es lo que más deseas ¿No es así?
-Quizá. Pero hay cosas que salen mal de fabrica, y no se pueden arreglar.

Frunci mi ceño. ¿De que hablaba?

- ¿De que hablas?- solté de golpe.
-Hablo de que...- desvío la mirada unos segundos- hay cosas en las personas que desde pequeños van tras ellos, es como la uña en la piel ¿entiendes? Que por mas que trates de quitarlas, no puedes, o mas bien, no debes.
- Entonces, ¿es algo de ella que te gusta, pero no en ella?- dudé.
-Si.
- ¿Que es?
- Su sonrisa- comenzó a mirarla y sin poder evitarlo, el reveló una sonrisa- Es tan perfecta, pero no encaja en ella.

Nada encaja en mi.

- Entonces, lo que te gusta de las mujeres es ¿su sonrisa?
- Es el sello personal de cada una.

No tengo sello personal.

- Con solo ver su sonrisa sabes como es.

Nadie sabe como soy.

- Es la completación para la perfección.

Nunca fui perfecta, y nunca lo terminare de ser.

Cada pensamiento negativo subía mas mi ego, debería ser lo contrario, pero según yo, cada imperfección hace la perfección.

-¿No te gusto, verdad?- susurré.