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Luego de tener una cena bastante cómoda, KyuJin y ShuHua fueron a divertirse a la sala con la televisión, mientras que MinJeong y JiMin lavaron y ordenaron lo que habían usado sin dejar de prestar atención a las dos menores en la sala.

— Gracias por venir... KyuJin te adora así que para ella es más que bueno tenerte aquí.— JiMin sonrió levemente.

— Nunca había estado tan cerca de un bebé antes, ni de niños en general... pero KyuJin y ShuHua son muy dulces.

— Mi hermana era así. Siempre supe que sus hijas serían igual de dulces que ella. Además de que ella me crío prácticamente, yo tenia ocho años o nueve cuando murieron mis padres ¿Sabes?... mi hermana tenía casi 20 en ese entonces y cuidó de mi.

— Ella estaría feliz viendo como cuidas a sus hijas ¿no lo crees?— JiMin se detuvo para esperar su respuesta.

— Si, si lo estaría.

La llegada del sábado fue mucho más rápido de lo que la pequeña familia Kim, esperaba

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La llegada del sábado fue mucho más rápido de lo que la pequeña familia Kim, esperaba. Tener que ver a la familia de su cuñado era estresante, ninguno de ellos se acercó siquiera a ShuHua ni menos a KyuJin pero no se veían afectadas por eso.

NingNing tal y como había dicho se apareció en el cementerio antes de la "ceremonia" que más bien fue a cuidar a las más pequeñas.

MinJeong estaba destrozada, volvía a ella todas esas sensaciones que ya pensó que había olvidado, el sentir de nuevo que era como si volvieran a decirle que su hermana falleció, sentia algo que la ahogaba.

A mitad de la ceremonia sus lágrimas no tardaron en llegar siendo abrazada por su amiga a su lado, ShuHua preguntó casi en un susurro con las pequeñas lágrimas en sus ojos y KyuJin, ella estaba desanimada y por primera vez no se quejó de estar en brazos de Ning sin hacer nada.

MinJeong ni siquiera quiso acercarse al ataúd, no lo hizo, incluso si no podía ver nada a través de la madera, no podía pensar que en ese tonto cajón se encontraba el cuerpo inerte de su pariente más querido, su segunda madre.

Al igual que ella creció, vió a su hermana madurar para convertirse en madre, la vió casarse con un hombre caballeroso y amable, le ayudó a su pequeña hermana a tener su primera cita, celebró con ella cuando se graduó de la escuela y también cuando logró entrar a la universidad que quería, y ahora ella, ya no estaba y no volvería a verla.

¿Cómo podías explicar eso?

La muerte era lo único asegurado que cualquier ser humano tiene desde que nace, cualquier humano, desde el más pobre hasta el más rico lo tiene asegurado, aún así, es lo que más ignoramos y nunca tenemos presente hasta que ocurre cerca de nosotros o a nosotros mismos.

Minjeong lloró hasta casi hasta una hora después de que terminó la ceremonia, NingNing ofreció llevarse un rato a las niñas a caminar para dejarle un tiempo a solas después de casi dos largas semanas donde escondió lo que sentía por sus pequeñas sobrinas, pero ya no podía con ese peso.

Por más que no quisiera decirlo, ella no podía cuidar de dos niñas de un día para otro, las amaba, eran la viva imagen de su hermana y su esposo, era lo que les quedaba de ellos, y las iba a cuidar, pero también necesitaba algo para ella.

JiMin le había enviado un mensaje esa mañana dándole ánimo, y que si quería estar más tiempo a solas en la tarde ella podía cuidar a las niñas y pensó en la oferta, porque sentía que necesitaba más tiempo a solas, pero también debía trabajar.

Se obligó a dejar de llorar cuando vió a Ning con ShuHua de la mano y cargando a KyuJin que estiró los brazos a su tía cuando estuvieron cerca. La cargó sonriendo bajo aún sintiendo sus ojos húmedos y con un leve dolor de cabeza.

— ¿Trabajas hoy?

— Si... JiMin dijo que podía quedarse con las niñas, así que no te preocupes.

— No me preocupo por eso, siempre resuelves las cosas, me preocupo por ti... No estas bien, Min.

— Si estoy bien.— KyuJin se abrazó a ella y supuso que dormida.

— Cuando terminen las clases deberías darte un descanso, duerme hasta tarde, pide comida a domicilio, ve películas con tus sobrinas, haz cualquier cosa que te haga sentir mejor.

— Tu no tienes que trabajar como yo, YizHuo, tu tienes tooodo el dinero que se te plazca, yo no.

Ning se quedó callada con un semblante preocupado, se agachó hasta la altura de ShuHua para despedirse y se fue dejándola sola con sus dos sobrinas.

— La tía Yiyi se veía triste.

— La tía Yiyi se veía triste

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