El fin

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⚠ Spoilers de las páginas más actuales del cómic (514-516) ⚠

Las cosas solo parecían ir de mal en peor, habían sido atacados por un desquiciado en busca de venganza, desterrados del lugar más seguro del mundo, perseguidos por un tren sin conductor y azotados por una tormenta de nada, eso sin contar la enorme caminata que habían hecho para llegar a este punto pero. ¿Acaso había valido la pena?

Ambos viajeros recién se habían levantado de su descanso de una noche, la pequeña peli-blanca bautizada como Héroe, de tan solo 8 años y medio, había bajado de la litera en la que dormía utilizando un tobogán hecho con sus propios pensamientos, por lo que se veía había dormido bastante bien, lo cual era de esperarse, ya que la casa en la que habitaba había tomado la forma de su antiguo hogar, uno al cual ya no era capaz de volver por más que quisiera.

-¡Quiero jugar afuera!

Exclamó la pequeña, quién luego de escabullirse de su actual guía y guardián, RGB, salió disparada hacia la puerta de entrada, con la intención de salir a divertirse un rato.

-¡Espera! ¡Puede no ser seguro! ¡Y olvidaste tus zapatos!

Gritó el hombre con televisión por cabeza, quién se había distraído mirando una foto de una familia sobre una pequeña mesita de noche, un último remanente de los pocos recuerdos que aún le quedaban a la inocente niña, el recordatorio de la vida que se le fue arrebatada no tardó en hacerlo sentir una terrible culpa que solo se intensificaba cada que avanzaban más y más...

El sentimiento lo estaba consumiendo, pero el llamado de la infante inmediatamente lo sacó de sus pensamientos.

-¡Oye RGB! ¡Creo que el cielo está roto!

¿Roto?

RGB solo dejó de mirar la mesita, agarró los zapatos de la niña y se dirigió hacia donde estaba, preguntándole a que se refería con sus palabras.

-¿A qué te refieres con que el cielo está?-

Oh, eso..

El cielo había sido dividido en dos, como si se tratara de dos imágenes diferentes, una sobrepuesta encima de la otra, una mitad parecía mostrar el ocaso y la otra el amanecer, con dos soles presentes en cada una, iluminando tenuemente el resultado de una fuerte lluvia de estrellas que, en el sentido más literal de la palabra, había caído sobre ellos la última noche.

Al ver aquello, el cabeza de tele supo que el mundo estaba a punto de irse al demonio de manera definitiva..

Ese era el dilema, ¿Acaso importaba el lugar en el que estuvieran cuando el mundo se terminara? Por que si fuera por él, ambos podían permanecer adentro de la casa que se le fue obsequiada a la menor, esperando a que el inevitable final los consuma y los borre de la existencia para la eternidad..

-RGB...¿Estamos tan cerca del final?

Esa pregunta lo paralizó, ni siquiera se atrevía a mirarla a los ojos, por más que ella clavara su preocupada e inocente mirada en él, esperando una respuesta de su parte..

-Me temo que así es, siempre lo ha sido..

Respondió decaído y aún sin mirarla, cosa que preocupó a Héroe, y con inocencia, solo hizo lo primero que se le vino a la mente para animarlo.

-¡Entonces vamos! ¡Aún tenemos tiempo! ¡Podemos salvar el mundo! ¿Es lo que hacen los héroes no?

Eso le dolió, y apenas en ese momento fue que se dignó a verla, arrepintiéndose fuertemente al instante, pues fue recibido con un rostro lleno de esperanza e inocencia, aquello combinado con el hecho de que la niña lo había jalado de la mano para que la siguiera hizo que sintiera como si le clavaran una afilada daga en el corazón, que según él no tenía.

Oh que tan equivocado estaba..

-Héroe..

Habló el británico, con cian brotando de su television, la pequeña notó eso y se preocupó, algo estaba mal, RGB no era así normalmente, de hecho era él quien siempre le recordaba su misión como héroe del mundo de hacer creer, asi que verlo tan triste y decaído era señal de que algo muy malo estaba sucediendo.

-¿Pasó algo?

Tenía que hablar, tenía que decirle...

-Todo....Todo terminó Héroe, ya no hay forma de salvar al mundo, se acabó.

El cómo Héroe lo miró, lo destruyó, pero no podía mostrarlo, no ahora, mucho menos enfrente de ella, no podía dejar que viera a su único guardián quebrándose frente a ella, sería muy estúpido de su parte.

-Pero- ¿¡Cómo que no!? ¡Aún tenemos tiempo! Podemos salvarlo RGB..

Su insistencia solo aumentaba el dolor, y los jaloneos no ayudaban, ella quería salvar el mundo, pero no estaba dispuesta a irse sin su guía, sin el hombre que la había traído a este retorcido mundo mágico de fantasía.

Entre jalones y súplicas de la niña, finalmente colapsó, ya no podía aguantarlo más, ya no quería continuar, no podía hacerlo..

-¡Ya basta! ¡Detente!

Gritó RGB, alejando su mano bruscamente de la pequeña, quien no tuvo otra opción mas que soltarlo, sorprendiéndose ante la repentina reacción del contrario.

-¡Ya no queda esperanza! ¡Ya no hay tiempo! ¡El mundo se está acabando y ya no hay nada que podamos hacer al respecto! Es todo..

Continuó, pero lo que no se esperaba era que la niña respondiera...

-¡Tú dijiste que yo era el héroe y que yo iba a salvar al mundo! ¡Y eso voy a hacer!

-¡No voy a permitirlo! Es muy tarde ya y lo sabes, has visto cómo todo se cae a pedazos ¿¡Y aún así quieres continuar!?

Héroe no podía creer que RGB decidiera rendirse en ese momento, habían llegado tan lejos, y podían avanzar aún más si se dignaran a continuar, pero no, la tele dramática quería tirar la toalla y quedarse en ese sitio hasta que el final los alcanzara.

-¡Dijiste que el mar se caería!

Gritó la pequeña ya enfurecida y con ojos llorosos, se estaba cansando de discutir con el mayor, hasta ella creía que era un desperdicio..

-¡Cómo si me importara un carajo!

Respondió él con su voz al borde del quiebre, el cian y el rojo inundaban su televisor, comenzando a caer como si de lágrimas se tratase,

-¡Dijiste que el mundo se estaba acabando! ¡Y que yo!-

-¡No vas a detenerla! Lo intentaste ¡Felicidades! Pero se acabó, estamos perdidos y no hay salvación alguna..

Interrumpió sonando aún más quebrado que antes, la máscara que antes le mostraba a Héroe se había caído por completo, ya no era la tele calmada y chistosa que siempre tenía algo de que hablar o una historia que contar, ahora ella estaba viendo a un cobarde, una patética excusa de hombre que además de haber fracasado con su misión se estaba derrumbando ante ella, una niña de 8 años.

Un largo silencio se hizo presente, y en ese momento RGB se dió cuenta de lo insensible de sus palabras..

-Héroe yo-

-¡Te odio! ¡¡De verdad te odio!!

Gritó Héroe entre sollozos antes de salir corriendo hacia el valle elástico, no le importaba si iba descalza, solo quería al idiota de RGB fuera de su vista, y hablando de, su única reacción fue dejar caer los zapatos de la niña, retroceder hasta tocar la pared, y deslizarse al suelo finalmente rindiéndose ante el llanto, hacía mucho que no escuchaba esas palabras, pero ahora más que nunca, fue que le dolieron muchísimo más...

El corazón de cristal del que él ni siquiera era consciente, se agrietó una vez más.

" The Property of One-shots "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora