A principios del año siguiente nos fuimos de gira por el país, empezando por Brighton. Me había movido por diferentes sitios, conociendo a las personas adecuadas, y enseguida busqué salas de música en las que pudiéramos tocar. Todavía tenía varios contactos de cuando me fui de roadie, y no dudé en usarlos para conseguir algunas actuaciones. Los chicos parecían disfrutar mucho con mis canciones, y Liam adoraba destacar como cantante. Había ganado confianza en el escenario y había comenzado a pavonearse como si fuera un maldito pavo real. Al menos tenía carisma, un descaro y cierta seguridad que yo por aquel entonces no poseía. Bueno, a día de hoy tampoco puedo hacer lo mismo. Liam era diferente, tenía esencia, y eso era algo que lo hacía único. Después de recorrer unas cuantas ciudades del sur tuvimos nuestra primera actuación en Londres. Recuerdo que estábamos muy nerviosos, sobretodo Liam, que no paraba de ir de aquí para allá por el backstage, o las salas de detrás del escenario. Alguna que otra vez tenía sexo con pibas antes de subir al escenario, aunque yo le decía que guardara las energías para la actuación. Ni caso. A esa actuación fueron alrededor de ochenta, o quizá cien personas, todo un record. Tocamos de puta madre, luego vinieron algunas chicas al backstage y entonces sucedió la magia. Fue la primera vez que tuvimos groupies y drogas a la vez después de una actuación. Todos pillaron con las chicas, todos menos yo, que no podía dejar de pensar en Louise. Drogas si, todas las que pude.
La extrañaba muchísimo. A veces me pasaba noches en vela rasgando las cuerdas de la guitarra pensando en ella, en lo que estaría haciendo, en qué estaría pensando y en el vacío más grande que dejaba entre mis brazos. Tenía varias fotos de ella guardadas en la funda de la guitarra, y aunque las sacaba muy de vez en cuando, me podía pasar ratos y ratos mirándolas. Podía verla con el pelo al viento, con una sonrisa blanca como en los anuncios de la tele y bailando al ritmo de Kylie Minogue. No soportaba a Kylie, pero la figura de Louise moviéndose a ritmo de pop, aunque fuera con sus canciones, era algo que se había grabado a fuego en mi mente. Las llamadas eran más escasas que de costumbre, porque de día yo estaba siempre en el bus o preparando el concierto, y cuando acababa era demasiado tarde. Aquella rutina los cansaba más a ellos, ya que yo estaba más acostumbrado por mi etapa como roadie, aunque era muy, muy distinto. Liam se lo pasaba pipa, más que nada porque no hacía nada de nada. Se inventaba alguna excusa, o simplemente se iba a "cantar" al backstage para volver y tenerlo todo montado. No sabía si seguía con Jenna o no, pero no se privaba de estar con nadie. A veces, eso sí, se sentaba a mi lado mientras tocaba la guitarra, intentando ocultar su nerviosismo y me preguntaba si había hablado con Louise. Creo que tenía ciertos remordimientos que se le fueron yendo con los años. Los conciertos en Londres fueron una pasada, e incluso estuvimos hablando con algunos productores. Bueno, hablaba yo, porque si lo dejaba en manos de los otros seguramente la acabarían cagando.
A la que llamábamos casi a diario era a mamá. Nuestras conversaciones eran apenas de un minuto, en las que simplemente nos preguntaba cómo estábamos, si comíamos bien y si necesitábamos algo. También nos hablaba de Rose, de la que decía estaba muy crecida, e iba sacando todo bien en el instituto. Un día nos llamó escandalizada para decirnos que se había teñido el pelo de negro en casa de una amiga, y que le había caído una buena por eso. No pude evitar soltar una carcajada y pensar en cuánto la había echado de menos sin darme cuenta. A veces me despertaba en medio de la noche y la buscaba a mi lado, como solía hacer cuando éramos más pequeños. Pero nunca la encontraba ahí, con su pijama de ositos y su conejo de peluche. Desde que mi madre me habló del cambio de mi hermana no podía parar de pensar en ella, hasta que pasó a ocupar casi todos mis pensamientos cuando no estaba trabajando. Ya no imaginaba a Lousie cuando me tumbaba en la cama, sino a Rose bailando, pero no con Kylie, sino al son de una canción de los Smiths, o columpiándose en el jardín, o imaginaba la forma en la que sonreía de lado, o en la que solía quedarse mirando al infinito mientras se ondulaba el pelo con los dedos. Al principio lo consideré normal, la echaba de menos y punto. Pero con el tiempo comprendí que no era para nada normal que estuviera pensando en ella a cada rato. Intentaba pensar en música, pero sólo podía concentrarme en la melodía de su risa. Pensaba en salir por ahí o en prepararme para un concierto y realmente esperaba ver su cara entre el público.
Volveríamos a casa en unas semanas, después de haber estado dos años fuera, y el día de la vuelta me aterraba, no sé por qué. Quizá era la idea de enfrentarme a una ciudad distinta de como la había dejado. Sé que sólo fueron dos años, pero parecía que hubieran pasado diez. Una semana antes de volver Liam se había colocado muchísimo y después de un concierto se perdió durante media hora. Volvió todo sudoroso, con los ojos como platos diciendo que había estado con Rose. El corazón me dio un vuelco enorme y le dije que aquello era imposible. Sin embargo, él parecía absolutamente convencido. De hecho se enfadó muchísimo cuando lo traté de loco. Al estar tanto tiempo fuera de casa, casi se me hacía extraño volver a pensar en él como una parte de la familia. Y también volver a recordar la extraña relación que tenía con nuestra hermana. Desde entonces estuve más callado, no participaba tanto en las fiestas de después de los conciertos, hasta que finalmente llegó el día de volver a casa.
Manchester en los primeros días de agosto era de lo mejor del mundo. Hacía calor, pero siempre soplaba una brisa fresca que me resultaba muy característica. Aun así estaba sudando como un pollo. Liam estaba realmente emocionado por volver a ver a Rose "otra vez" ya que seguía insistiendo en su encuentro en Liverpool. Primero íbamos a ver a la familia y luego seguramente iría a casa con Lousie. La echaba muchísimo de menos, pero no tenía tanta urgencia por verla como a Rose. El coche se paró frente a la casa, que seguía exactamente igual. Ya no tenía las bicis aparcadas en el jardín delantero, pero si una scooter negra que nos quedamos mirando durante un rato. ¿Sería de Rose? Imposible, mamá jamás la dejaría montarse en una moto, ni siquiera la dejaba ir en la de Hewitt, y menos ter una. Antes de llamar a la puerta, Liam se giró para mirarme, como para comprobar que estaba preparado. Le dije que era gilipollas y luego entramos en casa. El olor seguía siendo el mismo, una mezcla entre galletas, asado y mamá. Ella vino enseguida a recibirnos al hall, entre grititos y abrazos que duraron más de lo normal. Nos había extrañado mucho, quizá más que nosotros a ella, pero yo estaba impaciente por ver a Rose, que apareció momentos después por el arco del salón. Aunque ella ya no era Rose, sino una criatura muy distinta que me dejó sin habla en aquel día de verano.
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Siento mucho haber tardado tanto en publicar, he estado en Inglaterra unos días y además he estado preparando mis finales. Sé que es MUY corto, pero mañana tendréis la segunda parte.
Os quiero :)
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(What's the Story) Morning Rose?
FanfictionLa vida de Noel Gallagher estaba a punto de cambiar y no lo sabía. Si su idea de una vida normal era compartir habitación con Paul y soportar al mocoso de Liam, que su padre lo maporreara cada día y saltarse las clases en un colegio donde trabajaba...