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En estos momentos habíamos terminando de cenar y estábamos discutiendo quien lavaría los platos. Y la verdad, esto era un dolor

—¡Ya basta, lo haré yo! —dije para que se callaran

Algunos me miraron sorprendidos y otros, como Damián, simplemente sonrieron.

—Te ayudo —dijo levantándose y recogiendo los platos

Los otros tres suspiraron y se fueron al sofá a ver la tele. Yo me encaminé a la cocina y no me di cuenta de que Damián venía de frente, para mi desgracia con un vaso de agua, el cual se me derramó encima.

—Mierda —mascullé, más bien asustada qué irritada

—Disculpa —dijo Damián buscando un paño— Esto no va a servir. Ve a mí habitación, te prestaré algo

Yo fui corriendo y Damián detrás.

—Toma esta misma —me tiró una sudadera negra bastante grande para mi gusto— Saldré para que te cambies.

Él salió y yo me cambié. Al salir fui al baño y le di un poco de agua y jabón a la camisa, era mi favorita y no dejaría que se me manchara y la tendí en el portal. Después de eso fui a la cocina a realizar mi tarea.

—Espera.... listo —dijo Damián poniéndome un delantal— Ya no estas con tu camisa, y no sabes lo mal que me cae que se mojen mis sudaderas

Yo reí y seguí lavando los platos. Al terminar todos nos reunimos en el salón en forma de círculo y como nadie parecía querer decir nada, lo hice yo

—¿Y si vamos con los regalos?

—Buena idea, hermanita

Todos se levantaron a buscar los suyos, igual yo. De paso cogí la sudadera de Damián y el jersey de Nasly qué me habían prestado la otra vez. Nos reunimos de nuevo en el salón y empezó Richard

—Este es para ti —dijo dándole una cajita a Damián— Este es para ti —dijo dándole otra cajita a Lucas— No te conozco hace mucho tiempo, pero espero que te agrade —dijo dándome algo a mí también a lo que le sonreí— Y Nasly —se volteó para ella volteando la caja elegante a ella y abriéndola mostrando un bello collar— ¿Quieres ser mi novia?

Hubo un silencio, todos menos Damián estábamos sorprendidos, este último estaba sonriendo hacia su hermano. Richard comenzaba a arrepentirse hasta que Nasly reaccionó

—Joder, si. Si quiero

Todos aplaudimos a la parejita feliz la cual en estos momentos estaban besuqueandose. Seguimos con los regalos y hasta que llegamos a Damián. Él les dio su regalo a los demás y después me miró fijamente.

—Tú ven conmigo —me señaló y se encaminó a la habitación para que yo lo siguiera.

Yo lo seguí y ya en la habitación él rebuscó en sus cajones hasta encontrar algo.

—No sé si te vaya a gustar, pero quería intentarlo —me dio una pequeña cajita.

Era tan pequeña qué me sorprendí. Cuando la abrí había una hermosa cadena, fina, elegante con un pequeño signo infinito.

—Damián, claro que me gusta —le sonreí— ¿Me lo pones?

Él se acercó con una sonrisa y me colocó el collar. Estaba precioso la verdad.

—¿No es un 8 volteado? —dije encarnando una ceja

—No, no, para nada yo.. eh... esto —se puso nervioso y yo reí a carcajadas

—Tranquilo, era una broma.

Salimos y todos estaban muy cómodos viendo la tele, así que solo nos incorporamos. Cuando terminamos de ver la Película Nasly se volteó a todos

Número 8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora