08

9 5 1
                                    

Han pasado 7 meses desde que yo y Damián estamos juntos y no voy a mentir, mi vida ha cambiado mucho gracias a él y a la ayuda qué me ha brindado. He terminado el primer año con muy buenas notas para mi sorpresa y ahora estaba de vacaciones de verano. Hace cinco meses, Dami, fue a España a una beca de seis meses que le ofrecieron y desde ese momento hablamos por pura videollamada, hasta hemos puesto un maldito horario. No voy a negar que me han dado bajones y en ocasiones, solo unas pocas, no los he podido evitar porque tener a Damián tan lejos, sin sus abrazos y sus sonrisas me deja sin respirar la verdad.

Hoy Lucas quería salir conmigo y acepté ya qué dijo que no aceptaba un no como respuesta. Al ir al coche de mi querido hermano, que acababa de llegar, me di cuenta que Nasly y Richard estaban allí, sentados en la parte trasera. Yo reí y miré a todos con los ojos entrecerrados

—¿Qué traman?

—Nada

Como si fuera gracioso respondieron todos juntos y yo reí

—Le he pedido a tu hermano que me acompañará a buscar a un pariente qué llega hoy —dice Richard riendo

—Interesante propuesta

Lucas se encaminó y llegamos más rápido de lo que me esperaba al aeropuerto. Todos estaban notablemente nerviosos y yo me comenzaba a fastidiar.

—¿A qué hora llega? —pregunté desesperada.

—Debe estar al cruzar esa puerta

En el momento en que observé la puerta fue suficiente como para quedarme helada. No podía respirar, estaba hiperventilando y sin pensarlo corrí y me le tiré encima, tuvo que aguantarse mucho como para no caerse. Lo abracé muy fuerte y empecé a llenarlo de besos por toda la cara hasta que él agarró mi nuca y unió nuestros labios y como extrañaba esto, era lo que más extrañaba la verdad.

—Yo también te extrañé —dijo riendo

Los demás se acercaron y nos separaron para saludar a Dami ellos también. Me abrazó y puso uno de sus brazos alrededor de mis hombros pero en ese momento me mareé, me dolía el pecho, mucho. Respirar se me dificultaba, era un dolor horrible, solo quería llorar. Damián me sostenía preocupado y los demás preguntaban cosas que no podía escuchar porque estaba terriblemente aturdida hasta que todo se nubló de negro.

.....

Desperté con un dolor de cabeza horrible, sentía algo en la nariz qué me impulsaba oxígeno, me dolía el antebrazo derecho y algo me pellizcaba el dedo indice de ese mismo brazo. Pude observar a mí alrededor a puras penas y me di cuenta que estaba en un hospital y que alguien estaba dormido en un sofá, pero no podía verle bien. Empecé a llamar a esa persona

—Ps, oye. ¿Puedes llamar a el doctor?

Pareció moverse y para mi sorpresa, era Lucas, él cual se alegró mucho de verme despierta y salió corriendo llamando a la enfermera. Después de un rato ambos entraron y la enfermera me ayudó a sentarme. Me quitó los aparatos y el maldito suero, recuerdenme nunca más ponerme uno, eso de que en las películas se lo arrancan es pura actuación, duele cantidad. El doctor entró poco después con la respuesta de los análisis qué me habían hecho mientras _dormía_

—¿Usted es el tutor legal de la Señorita Atlas? —dijo observando fijamente a Lucas

—Soy su hermano mayor, nuestros padres viajan a menudo por trabajo así que soy responsable por lo que le pase.

El doctor le hizo una seña y fueron afuera. Por la "pequeña" ventana de cristal podía ver como la cara neutra del doctor hablaba a Lucas y este ultimo cada vez que el doctor hablaba ponía cara confusa hasta que se quedó en blanco y seguido empezó a llorar mientras discutía algo al doctor y me entró un poco de miedo hasta que ambos entraron. Lucas fue directo a mí y me abrazó

Número 8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora