The Art Of Eye Contact (Pedro Pascal)

Capítulo 5

Pedro tiró su cabeza hacía atrás en una carcajada haciéndome mantener la sonrisa unos largos segundos, observándolo.

Sonaba Queen desde el televisor.

Nos encontrábamos sentados en la mesa de su balcón. Bueno, en las respectivas sillas. Sobre la mesa se encontraba mi nuevo set de mate y una taza con marcas de café, declarando que llevaba un buen rato ahí vacía. Él tenía una pierna sobre la otra cruzadas en la rodilla y sus lentes puestos, yo abrazaba mis piernas manteniendo las rodillas sobre mi pecho.

Logré que Pedro pruebe el mate pero se quemó la lengua el boludo. Eso fue hace dos horas, no podía creer lo rápido que pasaba el tiempo estando con él.

El ambiente se habia vuelto gris debido a la cantidad de nubes que tapaban el sol. Me cubría con una manta que me trajo Pedro cuando notó que temblaba un poco por el frío. Él se puso un suéter feo, como le señalé apenas lo vi.

En este momento bromeabamos sobre una pareja de adolescentes que vimos en el supermercado. Luego de su carcajada tan latina soltó un suspiro y su rostro se tornó serio. Le dediqué una mirada de confusión.

-Escucha... no solo vine a pasar tiempo contigo. O sea... sí... pero también-eh-yo...-Me incorporé en mi asiento, bajando las piernas que tenía sobre éste.

Lo miré severa a los ojos.

-Pedrito... ¿Qué pasa? No entiendo.¿Estás bien?

-Si, sí. Oye, no es nada malo. Todo lo contrario. Escúchame. -Apretó los labios y luego los separo para hablar. -La producción de mi trabajo te quiere contratar. Una maquilladora renunció por problemas personales y yo insistí mucho para que te contraten a ti. Les dije que eras confianza y que trabajabas muy bien. Tienes el título y creo que haría bien usarlo. Así que vine a buscarte para que vayas conmigo al set.

¿QUÉ? Quiero decir... ¿QUÉ?

Fue lo único que pude pensar. Aclaré mi garganta y me removi en mi lugar. Mis cejas seguian arrugadas casi uniéndose.

¿Acaso éste hombre estaba loco?

Yo apenas sabía maquillar para las fiestas de las adolescentes o las bodas. Bueno sí, sabía hacer maquillaje de fantasía pero jamás tuve experiencia como para entrar a una producción tan grande. Además que sea porque él insista y no porque el jefe me elija.

Eso golpeó un poco mi ego.

-Estás loco.-Solté después de unos minutos sacudiendo la cabeza de lado a lado. Se rascó la nuca haciendo notar su nerviosismo. Tal vez no se esperaba una respuesta negativa.- Pero me gusta la idea. Acepto.- Concluí.

Claro que lo iba a hacer, no era tonta. Sería toda una aventura,

¿Aparecer en los créditos de una serie? Jaqui se volvería loca.

El rostro de Pedro cambió por completo a uno más relajado, largó otro suspiro bajando los hombros. En cualquier momento se me desinflaba este hombre.

- ¿Cómo crees que llegue a Canadá, Pedro?

Arqueó sus labios hacía abajo y ladeó la cabeza indicando que no sabía la respuesta. Procedí a contarle cómo había decidido mudarme de país. Omití las verdaderas razones. Pero expliqué cómo busqué algo parecido a mi ciudad natal:

Neuquen, Argentina.

Quedaba pegada a Chile, se sorprendió un poco al saber. Le conté de los campos de mis padres, que eran de mis abuelos antes. Le conté de mi hermano y mi hermana. La nostalgia tomó un poco mi pecho provocando una presión en él.