01. La misteriosa llegada de los fortuna.

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I. Herederos.




La hacienda fortuna ha sido codiciada por muchas personas a lo largo de los años, siendo esta la zona más próspera en toda la región, no era de esperarse que miles de hacendados ofrecieran unas cantidades exageradas de dinero con tal de ser dueños por lo menos de una parte de aquella gran extensión que destacaba entre todas las haciendas.

Y es que, no era de extrañarse, el señor Fortuna había trabajado durante décadas para perfeccionar cada detalle de sus amados terrenos, era muy bien conocido por ser un hombre trabajador que siempre se la vivía rodeado de sus más fieles vaqueros para poder trabajar la hacienda como era debido y darle un buen mantenimiento.

La señora Fortuna solía encargarse de los asuntos sociales, claro que amaba el campo y sus caballos, pero encontraba más satisfacción en establecer buenas relaciones con sus vecinos y los comerciantes con los que estaban asociados para que no hubiese ningún inconveniente a la hora de hacer negocios. Tenían un club muy visitado, incluso por aquellos que decían odiar la gran, vaya, fortuna que tenían con esa hacienda.

Tuvieron dos hijos, conocidos como: Los hermanos Fortuna.

John era el mayor de ambos. Un hombre trabajador como su padre e increíblemente social como su madre, tenía ventaja sobre todos los hijos de otros hacendados ya que aún era muy joven pero contaba con su propia granja y varios caballos que solía llevar a las ferias del pueblo antes de irse a estudiar al extranjero. Las personas que tenían la dicha de conocerlo presumían su gran manera de expresarse, así como también su carisma y la gran dulzura que derrochaba cuando se trataba de niños pequeños, muchos incluso decían que sería un gran padre cuando llegase su tiempo de serlo.

Donghyuck era el menor del par. Un adolescente que, al contrario de lo que parecía, resultaba ser bastante calmado y pacífico cuando de estar en público se trataba, varias mujeres señalaban que había heredado todo el carácter de su madre ya que el chico disfrutaba mucho de las reuniones en el club y aprovechaba al máximo su juventud para hacerse amigo de muchos hijos e hijas de comerciantes importantes, dándole así ventaja a sus padres en el mundo de los negocios. Algo que debían de tener todos en claro era su mal humor cuando personas indeseadas se acercaban, cuidado con caerle mal al menor de los Fortuna porque no te dejaría ni respirar a su alrededor.

Su relación de hermanos era envidiable, lo que todo padre quería para sus hijos.

Así que verlos llegar convertidos en todos unos hombres, fue una completa sorpresa para aquellos cercanos que asistieron al funeral de los Fortuna. Muchos murmuraban acerca de que ambos hermanos se veían muy bien en sus trajes de luto, incluso si tenían cara de no haber dormido nada y sus ojos llenos de lágrimas.

La hacienda Fortuna estaba de luto, no había tiempo para pensar en otras cosas cuando sus corazones se encontraban nublados gracias a una muerte repentina de dos personas que eran generosas.

John se acercó a su hermano mayor, este se encontraba llorando desconsoladamente mientras abrazaba con fuerza el ataúd de su padre. Era bien sabido que Donghyuck era su niño consentido, el niño de papá que siempre obtenía lo que quería con tan solo un par de palabras bonitas acompañadas de un "Te amo mucho, papi" después de que lo conseguía.

-Ven -susurró John, limpiando sus propias lágrimas. -No has dormido nada, condenado.

-¿Cómo puedo dormir? -habló Donghyuck entre lágrimas. -Maldito avión defectuoso, por su culpa ahora estamos solos, Johnny.

-Estaremos bien -John abrazó a su hermanito. -Se que vamos a extrañar a papá y a mamá, pero tenemos que aprender a vivir así. No queda de otra, Donghyuck.

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⏰ Última actualización: May 01, 2023 ⏰

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