II

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Mientras más se acercaba el fin de semana, más nerviosa me ponía.

No creía poder superar un trauma de mi niñez en una sola semana, pero moriría antes que rendirme ante mi propio cerebro.

El día siguiente a mi primera vez, todo mi cuerpo dolía, pero eso no iba a detenerme.

El sonido del timbre que anunciaba la salida me hizo saltar en el lugar.

-Te ves cansada, Mizu. -Susurró una voz en mi oreja.

Salté asustada del lugar, soltando un pequeño chillido sin querer.

Resultó ser Fennec, quien tenía la costumbre de invadir el espacio personal de otras personas.

-A-Ah..
-Lo estoy. -Asentí, sin ganas.

-Mm.
-Que pena, quería invitarte a pasar un rato con Mapache. -Suspiró, bajando sus orejas.

-Otro día será. -Dije, encogiendome de hombros mientras recogía mis cosas rápidamente.

Desde el rabillo del ojo pude ver a Fennec, mirándome extrañada, pero no hizo ningun otro comentario.

༺の༻

Cada músculo en mi cuerpo dolía al caminar, pero tenía cosas más importantes de las que encargarme.

Subí las escaleras hacia los cambiadores de la piscina y me vestí con mi traje de baño.

Bajé las escaleras hacia la piscina, tirando y aflojando partes del traje de baño, intentando buscar una forma cómoda, que no irrite ciertas partes de mi cuerpo.

Apenas atravesé la puerta de vidrio que separaba la piscina del resto del edificio, sentí como el olor a clorina me azotaba en el rostro.

Caminé por la orilla de la piscina, hasta el carril del fondo.

Pude ver un par de personas y una friend delfín nadando en el agua felizmente, mientras chapoteaba con su gran cola.

Me senté en el borde de la piscina, mojando mis pies mientras me preparaba mentalmente para volver a entrar al agua.

Poco a poco fui metiendo mis piernas y mi torso, hasta tocar el fondo con los pies.

Aun no me acostumbraba a tener el agua hasta el cuello, pero debía hacerlo.

Se sentía ligeramente menos asfixiante que ayer, lo cual era algo bueno.

...

Aun me arrepentía de esto, pero el precio de la mensualidad de esta piscina dolía en mi bolsillo.

Sin muchas ganas de nadar, me coloqué de forma horizontal en el agua, estirando las piernas y pegando los brazos a el costado de mi torso y me quedé inmóvil, flotando sobre la superficie del agua.

Tuve cuidado de no volver a pasar hacia la zona profunda, manteniendome al límite.

Oír mi respiración no me agradaba, pero el hecho de que podía mantenerme a flote así, era agradable.

Quizás, si volvía a caerme de algún barco, podría flotar así a la orilla.

...

Me desconcentré al reírme como una idiota, tragando un poco de agua pero no perdiendo la postura.

Vi una mancha gris en el rabillo de mí ojo y rápidamente giré la cabeza.

Era una aleta de tiburón, dando vurltas alrededor mio lentamente, haciendo un pequeño remolino.

-¡Boo!
Una cabeza salío del agua, llena de dientes filosos y letales.

Un instinto primitivo se activó en mi cabeza, e inmediatamente intenté huir de la amenaza, moviendo mis brazos con fuerza.

Talasofobia [Kemono Friends]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora