Dos semanas habían pasado desde aquel día en el que al fin confesaste que lo que sentías era amor. Afortunadamente, el incidente con Enid pasó desapercibido. El nombre de Marilyn Thornhill pasó a un segundo plano. Ya nunca la llamarías así, al menos cuando estabais a solas. Trataste de convencerla para que dijera la verdad, pero no quería. En parte lo entendías y decidiste dejarla a su aire. Tu tía te dejó de molestar. El verte ya en un estado más normal dio sus frutos, aunque se necesitó tiempo para que dejara de preguntarte, y para que te librara de las sesiones de terapia con Kinbott, ya no las necesitabas. Cualesquiera que fueran tus problemas al llegar desaparecieron poco a poco. Aunque aún estaba el asunto del monstruo. A veces lo recordabas y temblabas. Que hubiera una criatura como esa suelta te inquietaba, pero no hubo señales de más ataques, por lo que empezaste a pasar del tema.
Esa mañana era distinta. No había clase. El pueblo celebraba el Día del Acercamiento, que consistía en convertir a los alumnos en voluntarios al servicio de Jericho. Cuando eras estudiante intentaste escaquearte de tus tareas varias veces, y la verdad es que nunca te pillaron.
-Espero que este no sea un Día del Acercamiento con incidentes.- Dijo tu tía, mientras bajabais del coche.- Le he prometido al alcalde que todo iría bien.
-¿Para qué prometes eso? Todos los años pasaba algo.- Dijiste tú.
-Seguramente pasaba algo porque estabas tú, querida...- Te dijo divertida.
-Ja, ja, ja. Con lo buena que era.- Protestaste.
- Si no hubieras sido quien eras te tendría que haber expulsado por lo menos 5 veces.
-Precisamente lo hacía porque era quién era. Todo el mundo decía que era la niña bonita de la directora. Era incómodo.- Dijiste sonriendo, entrando en la cafetería.
Al pobre de tu alumno Xavier le había tocado hacer voluntariado allí, y no le veías muy contento.
-Ey Thorpe, llénanos de cafeína.- Le dijiste divertida. El joven te miró y sonrió.
-Directora Weems, Srta. Weems.- Dijo de manera formal.
-Veo a muchas Weems por aquí.- Dijo un hombre detrás de vosotras. El alcalde.
-Alcalde Walker, me alegro de verle.- Dijo Larissa con su sonrisa de relaciones públicas.- No sé si recordará a mi sobrina, Sarah, se ha incorporado recientemente a Nunca Más, como profesora de arte.
-Sarah Weems, claro, tú y tus amigos le causabais más de un problema al pobre sheriff Galpin.- Dijo el hombre, sacudiéndote la mano.
-Eso es pasado, ahora es una señorita formal y educada, ¿verdad, Sarah?
Pusiste una mirada casi letal, pero decidiste hacerte la buena y sonreír educadamente.
-Por supuesto, el tiempo pasa para todos, Larissa.
Miraste alrededor para buscar una salida a esa conversación aburrida. Xavier estaba sirviendo los cafés. Eso mismo te valía.
-Disculpadme, por favor.- Dijiste. Ambos asintieron y siguieron con su conversación.
- ¿Cómo estás, Xavier?- Le preguntaste al chico detrás del mostrador.
-He estado mejor.- Dijo suspirando.
-¿Más pesadillas?
-No, es otra cosa, ¿podemos hablar un momento?- Preguntó, mirando a los lados.
-Claro.- Respondiste, apartándote un poco.
-Es sobre Rowan.
No podías estar tranquila demasiado tiempo. Siempre había algo que perturbara tu calma, que te recordara las cosas que querías olvidar.
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Las cenizas de un corazón roto
AventuraTu nombre es Sarah Weems. Tu tía te insintió para que ocuparas el puesto de profesora de arte en la academia Nunca Más, pero tú lo rechazaste. Vivías tu vida en Boston junto a tu novia, Emily. Todo cambió después de pedirle matrimonio. Ella rechazó...