Estaba cayendo... o la tiraban hacia abajo. ¿O hacia arriba? Hacia adelante. Venía de todas direcciones. Ochako se precipitaba hacia un destino desconocido, sintiendo como si hubiera usado su quirk sobre sí misma y ahora estuviera siendo arrastrada por la gravedad de otro. La cuerda invisible que tiraba de ella estaba unida a su estómago. A la velocidad a la que volaba, estaba completamente a su merced.
La cabeza le flotaba sobre los hombros mientras luchaba contra la fuerza para mantener el cuello erguido. La sensación de tirón parecía durar tanto un suspiro como una eternidad.
Era insoportable.
El mundo que la rodeaba se había transformado y lo único que veía eran borrones. Personas, objetos, paisajes, podían ser cualquier cosa. Ochako sentía que se disolvía en el vacío, difuminándose lentamente. Se estaba perdiendo en este vacío en el tiempo y ni siquiera podía oponer resistencia. Justo cuando empezaba a sucumbir al miedo, sintió un tirón.
Miró hacia abajo, hacia su abdomen, y luego hacia arriba, a lo lejos, cuando algo voló hacia ella. No, alguien. Sus ojos se abrieron de par en par. Cuando se cruzaron, el tiempo se congeló. En esa fracción de segundo, la vio.
Pelo castaño chocolate azotado por el viento. Tez pálida y mejillas sonrojadas. Túnica rosada y capa granate ondeando tras ella. Ojos marrones grandes y aterrorizados. Sus ojos.
Por instinto, intentó alcanzar al Uraraka de este mundo mientras el otro hacía lo mismo. Como si de una goma elástica se tratara, se separaron y cada uno fue lanzado en la dirección del otro. Ella gritó de frustración, con la mano aún extendida. La imagen de su otro yo gritando su nombre se grabó a fuego en su memoria.
Ochako durmió como una roca. No estaba segura de cómo había podido dormir tan profundamente mientras seguía aferrada a Kirishima, pero lo consiguió. A pesar de que él estaba anormalmente caliente, ella fue capaz de caer en un coma muy necesario. Pero eso no fue lo que la despertó. Mientras giraba la cara para reposicionar la cabeza, se encontró con una masa de pelo que la asfixió lentamente hasta que la falta de oxígeno la despertó.
Ella sacudió la cabeza con un sobresalto y una inhalación aguda por la nariz. No recordaba que Kirishima llevara un collar de pieles... ¿cuánto tiempo llevaba dormida? A juzgar por lo atontada que estaba, habían pasado unas cuantas horas. Ochako abrió lentamente los ojos.
-"¿Por fin te has despertado?"-
Casi dio un respingo, haciendo que Bakugou retrocediera dando un sonoro "JODER" como respuesta. -"¿Bakugou?"-
Él definitivamente la estaba cargando. Era su capa la que intentaba asfixiarla. Ella descansaba sobre sus hombros febrilmente calientes, y eran sus ásperas manos las que agarraban sus muslos para soportar su peso -"¿Cuándo...qué? ¿Cómo me subí... qué?"-
Él resopló, pero no pudo ocultar el ligero rubor que apareció en su cuello, literalmente a milímetros de su cara -"Contrólate. Cabello de Mierda necesitaba un descanso y tú pesas más de lo que pareces"-
Ella se había hecho consciente de lo cerca que estaban y se había puesto rígida. Esta mañana el tal Bakugou la había estrangulado y atado a un árbol. Ella no lo había olvidado, y seguramente él tampoco... lo que hacía esta interacción muy confusa -"¿Por qué eres tú quien me lleva?"- ella preguntó.
Él emitió un sonido molesto en la base de su garganta y reanudó la marcha -"No tuvimos tiempo de parar. No confío en que los demás te vigilen. Soy el más fuerte junto a Pelo de Mierda. ¿Suficiente respuesta?"-
Ochako frunció el ceño, con los pensamientos dándole vueltas en la cabeza. Aún no estaba segura de la dinámica del grupo -"Sé por qué no confías en mí, pero ¿por qué no confías en ellos?"-
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Viendo doble
FanfictionTRADUCCION EN CURSO Resumen: Había una luz cegadora y un dolor tan intenso, por lo que ella no podía respirar. Luego, nada, excepto el susurro de las hojas en un bosque en el que Ochako no recordaba haber entrado. No tuvo tiempo de asimilar el hecho...