Un violinista muy conocido, admirado y envidiado por muchos; aquel del supuesto rumor sobre su trato con el mismísimo diablo, estos rumores surgen de su manera de tocar el violín, sus técnicas y la melodía parecían venir del infierno. Pocas han llegado a ver al supuesto diablo como su sombra sobre los telones de los teatros.
Paganini fue un niño prodigio del violín y, a medida que crecía, se convirtió en uno de los violinistas más famosos de su época. Según la leyenda, Paganini se había encerrado en una habitación con el diablo y había tocado el violín con una destreza y velocidad increíbles. El diablo, impresionado por su habilidad, le ofreció un pacto: le daría su talento musical a cambio de su alma.
Niccolò aceptó el trato y se convirtió en un músico increíblemente talentoso, capaz de tocar cualquier pieza musical que se le pusiera enfrente. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, Niccolò se dio cuenta de que el precio que había pagado era demasiado alto. Cada vez que tocaba el violín, sentía un frío intenso y veía una sombra oscura en el rabillo de su ojo. Su aspecto cambiaba para peor haciendo que la gente lo rechazara por su físico horrible.
Un día, después de un concierto particularmente impresionante, Niccolò se acostó a dormir y soñó que estaba tocando en un concierto frente a una audiencia de demonios. Cuando se despertó, se dio cuenta de que no había sido un sueño. En realidad había estado tocando para los demonios durante toda la noche.
Niccolò trató de romper el pacto que había hecho con el diablo, pero fue en vano. La única manera de liberarse del pacto era encontrar a alguien que estuviera dispuesto a tomar su lugar. Niccolò pasó el resto de su vida tocando el violín y buscando a alguien que pudiera salvarlo. Pero nadie estaba dispuesto a hacerlo.
Finalmente, Niccolò murió solo y su violín desapareció para siempre. Se dice que su alma todavía está atrapada en el violín, y que si alguien lo encuentra y lo toca, el espíritu de Niccolò se apoderará de él y lo obligará a tocar para siempre.