Narra Malú
Me despierto un par de horas después, aún desnuda salgo de la cama y noto como Mateo busca mi cuerpo estando dormido. Cojo mi móvil, unas bragas limpias y una camiseta de manga para meterme en el baño. Abro el grifo dejando el agua correr para templarse y me siento en el borde del jacuzzi.
- "¿Cenamos esta noche?"
Intento que mi agobio no se lea en aquel mensaje.
M: "Iba a escribirte"
Su respuesta llega al instante.
M: "Cena, una botella de vino, tú y yo"
Me hace falta leer dos veces aquello para entenderlo del todo. Creo que mi mejor amigo también necesita una conversación.
- "¿Estas bien, Melen?"
M: "De puta madre"
Suspiro.
M: "Te espero en casa a las 9"
- "😘"
Apoyo el móvil y me meto en la ducha para despejarme deseando que el agua aclare las ideas como lo hace con mi cuerpo, pero no llega a pasar.
Salgo del baño vestida y despierto a Mateo.
- Buenos días.
Remuevo su cuerpo sin ser brusca.
- Tenemos que volver a Madrid.
+ Es muy pronto.
Se queja.
- Manu nos está esperando.
Resopla.
+ ¿No vas a darme un beso?
Me busca cariñoso. Dejo un pico en sus labios y mi escurro con la excusa de terminar de arreglarme.
- Necesito un café antes de partir.
Pasar a por desayuno nos exige más tiempo, por lo que también me sirve para argumentar las prisas.
+ ¿Pasa algo?
- Tengo sueño.
Sonrío nerviosa.
- Hemos dormido poquito.
Ablando mis maneras.
+ Voy a ducharme.
Parece conforme con la respuesta. Pocos minutos después bajamos a por café y ponemos rumbo a
Madrid. Evitando cualquier conversación, el trayecto lo hago apoyada en la ventana y como era de esperar, me duermo sin esfuerzo.
+ Malú... cielo, hemos llegado.
Me despierta. Manu deja la maleta en casa y se va.
+ No puedo dejar mucho más tiempo a Eva.
Miro el reloj.
+ ¿Te vienes a casa?
- Tengo mucho que hacer aquí.
No miento. Es lo que tiene parar tan poco por mi propio hogar.
+ ¿Nos vemos esta noche?
- He quedado con Melendi.
No soy capaz de sostenerle la mirada.
- Vamos a cenar.
+ Vale.
Deja un casto beso en mi mejilla y se sube a su coche.
- Genial.
Maldigo en voz alta, reprochándome por comportarme como una idiota. Entro a casa y me refugio en mi zoo, que me recibe con el amor incondicional que solo los animales saben entregar.
- ¿Vamos a dar un paseo, gordas?
Propongo enseñándoles correas. Decido posponer mis quehaceres y perderme con ellas por ahí.
- ¿Estáis cansadas?
Las más pequeñitas reducen el ritmo.
- ¿Nos sentamos un poquito?
Lo hago, llenándolas de mimos aunque sin poder parar de pensar en Mateo.
- "¿Estas enfadado?"
Decido escribirle y su respuesta tarda en llegar.
+ "No"
Tan escueta como me he comportado yo el día de hoy.

ESTÁS LEYENDO
Todos los secretos (Segunda parte)
RomanceUna historia en la que TODOS tienen algo que ocultar