Capítulo 5 - Arabia Saudí.

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Mi nombre aparecía por absolutamente todas las redes y medios de comunicación. Finalmente, el equipo dio a conocer mi nueva incorporación a este como imagen y embajadora de la marca de ropa.

Mis redes sociales estallaron a notificaciones tanto de fans y seguidores, como de pilotos y compañeros de trabajo felicitándome por ello. En realidad, había sido una sabia decisión aceptar aquella oferta.

Desde el día que me despedí de mi familia en el hotel y tras mi marcha a Nueva York no los había vuelto a ver. Tampoco a Carlos, George, Pierre y mucho menos a Charles.

Habían pasado dos semanas desde la primera carrera de la temporada, donde las escuderías seguían trabajando sin descanso para mejorar y conseguir el mayor rendimiento posible de sus respectivos monoplazas.

En cambio, los que hacían el trabajo de riesgo, y con esto me refiero a los pilotos, habían tenido una merecida semana de vacaciones antes de volver a sus distintas sedes la semana restante para prepararse para la siguiente carrera. Me hallaba bien informada gracias a mi hermana y a Carlos, eran los únicos con los que había intercambiado un par de mensajes durante este pequeño parón.

Carlos había pasado su semana de paro en España disfrutando de su tierra natal, mientras que mi hermana había estado relajándose en Mónaco, donde actualmente ella residía. Sabía gracias a las historias de Instagram de Amalia que había estado quedando con Leclerc y algunos de sus amigos, incluso Charlotte apareció en una de las fotos.

Aún no le había contado nada a Amalia sobre la infidelidad de la monegasca a su mejor amigo, y en algunos momentos me sentía culpable por ello. Por mucho que mi relación con Charles ahora no fuese idílica ni bonita, el no merecía pasar por ese horrible sentimiento de sentirse engañado por su propia pareja.

Yo misma viví aquello, durante estos 6 años he tenido varías relaciones amorosas, y me hayo hablando de la última que tuve con la que duré 2 años y medio. Hace casi un año de la separación y tras ella no volví a tener ninguna más ni ningún amorío, me centré en mí y en mi trabajo.

Me juré a mi misma que no volvería a soportar algo así. Tener que salir en las revistas y redes como la víctima de la infidelidad de mi exnovio, que gente desconocida me parase por la calle a preguntarme cómo estaba o que simplemente mi privacidad fuese invadida por los medios mientras yo me hundía en la mierda más y más. Estaba  destrozada a escondidas de la prensa y con una sonrisa en frente de esta. Fue de los peores momentos de mi vida.

Es por eso que deseaba con todas mis fuerzas contárselo a Amalia, contárselo a él, pero simplemente temía sus reacciones. Tenía que estar 100% segura de hacerlo.

En ese momento de aquel jueves acababa de alistar todas las maletas para viajar a Arabia Saudí, lugar que era dueño del siguiente Gran Premio.

Sorprendentemente, durante esas dos semanas había estado tan ocupada con las colaboraciones y las pasarelas que no había tenido tiempo ni para mi misma, olvidándome por completo del monegasco y de todo lo relacionado con él. Hasta la fecha había podido organizar de nuevo un poco mi vida y mi corazón, dándome cuenta de que solo había tenido un golpe de nostalgia y añoro al verlo tras 6 años, quizás despertando los pocos sentimientos que mi interior guardaba bajo candado.

Pero nada más distanciarme de él, había caído en aquella conclusión y estaba totalmente segura de ella.

Cierto que lo estaba.

Cerré la última maleta y salí de mi apartamento, en camino al aeropuerto de Nueva York.

Un taxi me llevo hasta allí, donde al salir del automóvil tuve que ser escoltada por varios guardias de seguridad al ver la cantidad de paparazzis y fanáticos alrededor de la puerta del gran edificio haciendo mil preguntas.

El Gran Premio [ Charles Leclerc ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora