-¿Cómo te llamas?, yo me llamo Jungkook, ¿sabes dónde estás?- preguntó con lentitud y con un tono relajado, esperando no ponerlo más nervioso de lo que ya estaba, uno de los cabellos largos del menor estaba atravesado entre sus ojos, quería acomodar...
—Por cierto, mi celular está registrado en los contactos en caso de que ocurra alguna emergencia. Que espero que no ocurra. Pero no dudes en contactarme. — Y sin más, me levante saliendo de la habitación, caminando hasta la sala de juegos donde seguramente iban a estar todos mis amigos.
Jimin se quedó completamente estático al ver el celular en cuanto el alfa se lo dejó en la mesa. Sin saber cómo reaccionar.
Se suponía que no tendría derecho de nada y mucho menos hablar con su familia.
Pero no dudo ni un segundo en tomar el celular y revisar si no tenía nada malo.
Intentó marcar a su casa y no contesto nadie. Tan cerca pero tan lejos.
De igual manera marco a la casa de Tae, pero lo único que recibió fue una negativa de la mamá de su mejor amigo, diciendo que había salido de viaje.
Por último, intentó marcar a Tae y este no contesto, pues al entrar a la residencia Jeon, no tenía nada de señal.
Dios por favor, esto no está ocurriendo. Se dijo para sí mismo mientras terminaba de comer su plato. Caminando hasta la cama donde empezó a buscar la tal Nuova Sacra Utuixchel.
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