Un enemigo a la vez

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Era de tarde cuando Frank despertó solo en la cama pero el sentimiento de haber dormido después de mucho tiempo de insomnio, le dió nostalgia.

Recordaba vívidamente estar acurrucado en brazos de su esposa como cuando se casaron y podía conciliar fácilmente el sueño pero antes de lamentarse de que fuera otra alucinación, se percató de que no estaba en su casa.

Al levantarse para usar el baño y lavarse la cara para despabilarse, el desastre del día anterior regresó como una bochornosa pesadilla. Se convirtió en conejo y se comportó como un niño berrinchudo.
No fue sino hasta que salió a recorrer la casa, que encontró a su mujer con el cabello blanco atado en moño, descolgando la ropa en un amplio patio lleno de flores y al peluche en el tendedero.

No fue sino hasta que salió a recorrer la casa, que encontró a su mujer con el cabello blanco atado en moño, descolgando la ropa en un amplio patio lleno de flores y al peluche en el tendedero

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-No eres un sueño- todavía no salía del asombro

-Dormiste bien? Te dejé para que descansaras más y parece que funcionó. Estás más tranquilo- la mano que acariciaba su mejilla dulcemente, provocó que la agarrara para abrazarla

-Cómo extrañaba tu aroma a algodón! Lucy...mi amada Lucy. Perdóname por todo lo que te hice pasar!!!- enterrando su cara en su cuello, Frank comenzó a besarla

-Pfftt jajaja, tu barba me hace cosquillas!-

-Eh?! Yo...lo siento. Eh?!- sus orejas saltaron cuando Etoile lo abrazó fuerte

Parados bajo la sombra de los árboles, continuaron abrazándose hasta que Papá llegó para llevarlos con los líderes. Pero por más que tosiera o hiciera ruido con las bolsas de regalos para cortar el romance, el par se hallaba en la novena nube.

-Se están tardando. Qué rayos?!- Mamá fue a buscarlos pero Papá la empujó dentro de la casa

-Esos dos necesitan esto, vamos a esperarlos. Mientras, preparo algo- con la botella de Baileys y el helado del refrigerador, se daría el gusto

Por quince minutos, esperaron cuando la pareja entró. Al verlos bebiendo, Etoile les quitó la botella.

-Si beben así, no podrán ir-

-Copito, no te enojes- Mamá estaba confundida

-Si desean quedarse a solas, díganlo para irnos.- escarbando con la cuchara, Papá jugaba con el helado

-Haa, qué haré con ustedes? Frank, hay que ir a saludar a los jefes de la comarca y sus familias. Te animas?-

 Te animas?-

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El Hada Madrina mató al Príncipe Azul (Reboot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora